Título: Che: Guerrilla (Che: Part two.)
Dirección: Steven Soderbergh
Género:
Guión: Peter Buchman y Steven Soderbergh.
Fotografía: Steven Soderbergh
Reparto: Benicio del Toro, Franka Potente, Benjamin Bratt, Lou Diamond Phillips, Édgar Ramírez, Catalina Sandino Moreno, Demián Bichir, Carlos Bardem, Matt Damon, Joaquim de Almeida, Jordi Mollá.
Productora: Coproducción USA-España; Focus Features / Wild Bunch / Morena Films / Estudios Picasso
“Che: Guerrilla”
“Che: Guerrilla” no es sólo la secuela de una película, es algo más, una segunda parte de un todo. Che, el Argentino era el triunfo de una idea, de una revolución trabajada con tesón, y esta continuación se muestra como una obsesión que fracasa, aun teniendo la misma base ideológica.
El director Steven Soderbergh en esta ocasión ha prescindido de la trama política, de esas mismas concepciones que vencieron en Cuba, incluso se desprende del componente social para relatarnos exclusivamente el periplo del Che.
Podríamos pensar que no nos va a aportar nada, ya que todos conocemos el desenlace desde el principio, pero es interesante desde el momento en que se basa en los propios apuntes de Ernesto Guevara.
Sí aporta la visión de un idealista que paulatinamente se ve ahogado en su propio empeño, un personaje que insiste en su lucha contra muchos elementos.
Arranca la narración, en 1969, con un Che frente a la ONU dando un discurso revolucionario y antiimperialista; Soderbergh quizá quiera retratar al personaje en lo más alto para luego desdibujarlo al margen de sus logros, y finalmente convertirlo en mito.
Después, Fidel Castro lee una carta en la que se desvela la desaparición del Che y en la que se concreta el deseo de buscar nuevos campos de batalla, carta que termina con la frase famosa: “Hasta la victoria, siempre”.
Luego, todo transcurre en Bolivia, por selvas y montañas, en las que el Che intenta crear un grupo de guerrilla para apoyar a otros ya existentes, y un campo de entrenamiento.
Queda relatado el día a día, la propia desconfianza de los campesinos, la traición de sus propios compañeros, el asma que padece el Che y los momentos de lucha.
Las escenas de combate en la jungla o en la sierra se ajustan a los cánones del cine bélico clásico, sin artificios ni efectos especiales, con una narración lenta y medida.
Esta película posee un valor documental, dado que el guionista Peter Buchman utilizó, aparte de los diarios personales del Che, documentos desclasificados de los EEUU, así como testimonios, en un intento de ser objetivo, de relatar sin posicionamientos. El resultado es un guión riguroso con la historia, complejo y dotado de fuerza, que el director ha sabido llevar a buen término.
Por otra parte, la fotografía, del propio director, se ha basado en un tratamiento de iluminación peculiar, pasando de un negro azulado, a una sobreexposición, en las que la luz, o más bien, su exceso, inunda de blanco la pantalla, cegando al espectador.
Benicio del Toro, como en la primera entrega, literalmente se “mete en la piel” del Che, realiza un extraordinario papel, soberbio, está inmenso, difícilmente otro actor podría haber interpretado a este personaje.
Del resto del reparto, mencionaremos la aparición de los españoles Jordi Mollà, Carlos Bardem y el portugués Joaquín de Almeida, así como del popular actor Matt Damon con una pequeña aparición.
En definitiva, Soderbergh logra en esta segunda entrega el remate a un inusual “biotopic” ya que ha huido en todo momento de ensalzar en lo más alto al personaje, y se ha apartado del maniqueísmo tentador para tratar a este mito. Soderbergh se ha alejado del ritmo pop de “Ocean´s Eleven” o de la contundencia de “Traffic”, en este ambicioso proyecto que ha terminado con gran solidez.
Guillermo Pérez Pérez
Enrique Pérez Tudela
Trailer de la película: