jueves, 26 de enero de 2012

Matar a un ruiseñor



Matar a un ruiseñor (Kill a Mockingbird, 1962)


Duración: 129 min. Director: Robert Mulligan. Guión: Horton Foote (Novela: Harper Lee). Música: Elmer Bernstein. Fotografía: Russell Harlan (B&W). Reparto: Gregory Peck, Mary Badham, Brock Peters, Phillip Alford, John Megna, Frank Overton, Rosemary Murphy, Robert Duvall.

Oscars: Mejor actor (Gregory Peck), guión adaptado, dirección artística. 8 nominaciones.

En la época de la Gran Depresión, en una población sureña, racialmente dividida, Atticus Finch, (Gregory Peck), es un abogado que defiende a un hombre negro, acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre resulta evidente, el veredicto del jurado es tan previsible, que ningún abogado aceptaría el caso. Excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su compasiva y valiente defensa de un inocente, le granjea enemistades, pero le otorga el respeto y la admiración de sus dos hijos, huérfanos de madre. La historia, narrada desde el punto de vista de una mujer adulta, que rememora su infancia y la de su hermano mayor, pensando en aquellos años en los que sus vidas experimentaron profundos cambios.
“Matar a un ruiseñor”, cumple 50 años. Todo un clásico, que merece una apreciación especial, y considerada una de las grandes películas de la historia del cine. Este film, es la perfecta adaptación de la novela homónima, de la escritora Harper Lee. Fue ganadora del Premio Pulitzer, pasando a convertirse en un clásico de la literatura moderna estadounidense. Está inspirada en las observaciones de la autora sobre su familia y sus vecinos, así como en un incidente ocurrido cerca de su ciudad en 1936, cuando tenía 10 años de edad. Lo interesante del film, es la aproximación al mundo de la infancia, el descubrimiento del mundo, la pérdida de una parte de la inocencia, por los hechos desagradables que ocurren alrededor. Pero, esos acontecimientos, los forjan seres humanos comprometidos, y responsables. Cabe destacar, entre las muchas escenas memorables, la lección magistral sobre la integridad, un decálogo de principios, que Atticus, imparte en el porche familiar a sus hijos.
El director, Robert Mulligan, un realizador adscrito a la denominada «generación de la televisión», fue el elegido para dirigir el film. Mulligan, impuso sobriedad, aportó ritmo visual, para contrarrestar la posible ausencia de acción.
El guión es excelente. Horton Foote, el guionista, no se atrevía inicialmente a adaptar la novela, dado que se creía incapaz de hacer justicia al texto original. (Que tomen nota los guionistas actuales, capaces de destrozar cualquier libro…)
Gregory Peck, hizo en el papel de Atticus, la actuación de su vida, el punto más elevado de su carrera. Merecido Oscar de Hollywood al mejor actor, después de 4 nominaciones anteriores, sin éxito, en los años 40. Peck siempre manifestó su predilección por esta actuación. Sin embargo, Rock Hudson y James Stewart, se acordarían mucho de esta película, dado que rechazaron ser los protagonistas.
En definitiva, una película rodada en estado de gracia, con un toque mágico, que merece nuestro respeto, admiración, y la creencia de que es un film imprescindible, que todo amante del cine debería ver.

jueves, 19 de enero de 2012

Los descendientes


Los descendientes (The Descendants, 2011)

Duración: 115 min. Director: Alexander Payne. Guión: Alexander Payne, Nat Faxon, Jim Rash (Novela: Kaui Hart Hemmings). Música: Varios. Fotografía: Phedon Papamichael. Reparto: George Clooney, Patricia Hastie, Judy Greer, Shailene Woodley, Matthew Lillard, Beau Bridges, Robert Forster, Mary Birdsong, Rob Huebel, Michael Ontkean, Troy Manandicm, Scott Morgan, Milt Kogan, Nick Krause.

Después del accidente sufrido por su mujer, Elizabeth, (Patricia Hastie), que la ha dejado en coma, Matt King, (George Clooney), descendiente de la aristocracia de Hawai, está a punto de vender junto a su familia, un gran terreno heredado desde hace generaciones. Intentará recuperar la relación con sus dos problemáticas hijas de 10 y 17 años. Finalmente, se impone un cambio de aires en sus vidas. Conjuntamente con ellas, se trasladarán a su residencia en Hawai. Matt mantendrá la esperanza de que las cosas se calmen y tratar de conseguir el amor perdido de sus descendientes.

El sorprendente director Alexander Payne, vuelve a la carga. Regresa con una película cómica, con momentos dramáticos, en la que, como es habitual en él, los diálogos se imponen a la carga visual. Lo importante para el director de “Entre copas”, (2004), es, sin duda, lo que les ocurre a los personajes, su día a día, con un planteamiento teatral, en el que cada frase está medida, y apuntilla cada instante dramático, con una sugerente ironía. Alexander Payne, ha sido comparado con Billy Wilder por su ingenio, igualando al genial Wilder en la facilidad para crear situaciones ridículas, surgidas de lo cotidiano, así como la espontaneidad con la que genera diálogos profundos, a la vez que irónicos. También recuerda a Jean Renoir, por el derroche de humanidad, donde la imperfección del ser humano es el germen para contar una historia. Por otra parte, el guión, del propio director, con sus habituales... acierta en la medida exacta de drama y comedia, equilibrando la balanza a cada paso, zigzagueando entre uno y otro género, con la mesura de quien es conocedor de la fórmula mágica de un guión, y del mecanismo de conexión con el espectador.

Geroge Clooney, sin duda, se muestra mejor actor cada día. En esta ocasión, Clooney, nos hace creer que su propio espíritu sufre, en una fusión con el personaje, expuesto en cada secuencia. Sin máscara, con una presencia arrolladora. Además, Clooney deseaba desde 2004 trabajar con este director, lo que ocurre es que Payne, prefiere actores algo desconocidos para sus papeles protagonistas, pero esta vez, la combinación resulta perfecta. Este film, además, por si fuera poco, nos descubre para la gran pantalla, a Shailene Woodley, una verdadera joya, en su interpretación de la hija del protagonista.

Un film con sensibilidad, que se clava en el pensamiento. Aunque los personajes puedan parecer lejanos a nuestro mundo, una clase alta con la que no nos identificamos, sus problemas, sí son los mismos que los nuestros. Una buena película, un buen director, y un gran actor George Clooney, en una interpretación excelente.

jueves, 12 de enero de 2012

La dama de hierro


La dama de hierro (The Iron Lady, 2011)


Duración: 105 min. Director: Phyllida Lloyd. Guión: Abi Morgan. Música: Clint Mansell, Thomas Newman. Fotografía: Elliot Davis. Reparto: Meryl Streep, Jim Broadbent, Anthony Head, Richard E. Grant, Roger Allam, Olivia Colman, Nicholas Farrell, Alexandra Roach, Harry Lloyd.


"Dama de Hierro" es un apodo, usado generalmente para referirse a mujeres con poder. El término alude a una mujer "de fuerte voluntad y determinación". Metáfora metálica, popular, aplicada a Margaret Thatcher, apodada así, ya en 1976, por los medios de comunicación soviéticos, por su férrea oposición al comunismo.


Margaret Thatcher, exministra, “La dama de hierro”, anciana, se encuentra desayunando en su casa de Chester Square en Londres. El recuerdo de su marido, fallecido hace un par de años, provoca en ella recuerdos convulsos,mientras se prepara para la rutina diaria. La imagen de su marido es tan real, que parece estar vivo. Después de una cena con invitados, desempolva unas viejas películas caseras y se dispone a contemplarlas, reflexionando sobre los sacrificios personales que hizo para alcanzar sus objetivos profesionales. La historia, trata sobre el poder y el precio que se paga por él... Un retrato sorprendente de una mujer extraordinaria y compleja, que superó todas las barreras de género y clase, para ser escuchada en un mundo, la política, dominado tradicionalmente por hombres.


Phyllida Lloyd, después de comenzar su filmografía con un musical, “Mamma Mia!”, (2008), en esta ocasión se atreve con un biotopic, el retrato de un personaje público. Con una visión intimista, reflexionando sobre el personaje, analizando la ambición que la impulsó a convertirse en la política más poderosa del Reino Unido. Sumergiéndose, también, en las contradicciones y los resentimientos de no tener una existencia sencilla, no disponer de vida familiar. Una figura fuerte, terrible, pero humana, en el fondo. La única objeción posible al film, podría ser no abordar en profundidad los aspectos políticos, soslayar la mano dura que imprimió a sus mandatos como Ministra. Incluso afirmaríamos que los personajes no logran implicar al espectador, con sus problemas y circunstancias. Parecen ajenos a nuestro mundo, a nuestra realidad. Menos mal que tenemos a una gran actriz para solventar las carencias del conjunto. Meryl Streep, interpretando a Margaret Thatcher, hace que nuestra visión sobre el personaje, sea de respeto o temor. Sin embargo, consigue que aparezca conmovedora, y hasta podamos sentir admiración por ella. Virtuosa actuación de la Streep camino de su posible tercera estatuilla de la academia de Hollywood. Ya obtuvo sus dos oscars por las películas: La decisión de Sophie” (1982), y “Kramer vs. Kramer” (1979). Y se quedó sin el tercero, “injustamente”, por “Memorias de África”(1985). Haberla premiado dos veces, en tan poco espacio de tiempo, hizo que no se le concediera el tercero. Este año, podría volver a lo más alto, gracias a una fascinante interpretación, quizá lo mejor de toda la película, sin duda alguna. Sólo Meryl Streep, podría haber logrado fundirse con el personaje, revivir a Margaret Thatcher para deleite de los cinéfilos, y silenciar todos los inconvenientes que pudiéramos expresar sobre esta magnífica película.

sábado, 7 de enero de 2012

El topo


El topo (“Tinker, Tailor, Soldier, Spy”, 2011)

Duración: 127 min. Director: Tomas Alfredson. Guión: Bridget O´Connor, Peter Straughan. (Novela: John le Carré). Música: Alberto Iglesias. Fotografía: Hoyte Van Hoytema. Reparto: Gary Oldman, Colin Firth, Tom Hardy, Mark Strong, Benedict Cumberbatch, Toby Jones, John Hurt, Simon McBurney, David Dencik, Stephen Graham, Ciarán Hinds, Svetlana Khodchenkova, Kathy Burke, Roger Lloyd-Pack, Stuart Graham, Christian Mckay, Arthur Nightingale, Konstantin Khabenkiy, Philip Martin Brown.

Años 70, en plena guerra fría, fracasa una misión en Hungría, y la cúpula de los servicios secretos británicos cambia por este motivo. Uno de los agentes especiales, George Smiley, caerá en desgracia, culpado, degradado y apartado. Pero, cuando piensa que va a ser jubilado, le encargan una última misión… Creen que existe un topo en el interior de los servicios secretos, y sólo alguien, desde fuera, podrá investigar y averiguar de quién se trata. Smiley con la ayuda de otros “jubilados”, conseguirá encajar las piezas del puzle, y desenmascarar al traidor.
Comenzamos el año, con una de las mejores películas de espionaje, pero desde la propia deconstrucción. Es decir, un film construido en la no utilización de los tópicos más frecuentes: Romances, suspense, disparos, persecuciones… todo lo contrario a lo que expone una película de James Bond. “El topo” se basa en la inexistencia de glamour, donde los espías no dejan de ser seres grises, elegantes funcionarios, que anteponen sus intereses, al bien general. Tomas Alfredson, director sueco, que sorprendiera con “Déjame entrar”, con bajo presupuesto, pero con mucho talento, vuelve a sorprender con un film basado en la psicología, en el respeto a la inteligencia del espectador, que tendrá que componer, articular el film en su propia mente, donde la existencia de agentes dobles, secretos, villanos que retornan, intereses y conspiraciones, cambiará a una nueva forma de afrontar las contiendas, la guerra fría.
El reparto, qué decir, si contiene uno de los repartos masculinos más extensos, llenos de fuerza y plenitud de los últimos años. Sobre todo, un Gary Oldman inmenso, ejerciendo de Smiley, impresionante, dando lecciones de su oficio, fundiéndose con su personaje. También mencionar el papel de Colin Firth, que, pese a no tener una gran cantidad de texto a recitar, impresiona su presencia.
Destacar la puesta en escena, espectacular, donde una dirección artística inmejorable aporta la planificación milimétrica de cada secuencia, cada objeto que entra en el plano, todo está en su lugar apropiado, nada aparece por azar. El montaje es hipnótico, denso, complejo, a la altura del mensaje. También mencionar una excepcional banda sonora de Alberto Iglesias, que con sutileza se adapta a cada imagen, formando un único mensaje.
“El topo” es una deliciosa película, con un gran respeto a la novela que adapta, con la serenidad de querer ser fiel al género, y ser consecuente con los objetivos marcados desde el principio: Una narrativa contundente. Lo difícil de esta película es el gélido tratamiento de los personajes, la frialdad con que se tratan los acontecimientos y la escasez de adrenalina, todo ello, va en contra de los planteamientos del cine comercial. Pero, a favor de un cine inteligente y elegante.