jueves, 26 de noviembre de 2009

Ben-Hur


Ben-Hur (1959)


Duración: 211 min. Director: William Wyler. Guión: Karl Tunberg (Novela: Lewis Wallace). Música: Miklós Rózsa. Fotografía: Robert Surtees. Reparto: Charlton Heston, Jack Hawkins, Stephen Boyd, Haya Harareet, Hugh Griffith, Martha Scott, Cathy O'Donnell, Sam Jaffe.

1960: 11 Oscar: Película, director, actor, actor secundario (Hugh Griffith), fotografía (ex-aequo), dirección artística (ex-aequo), sonido, música, montaje, vestuario (ex-aequo) y efectos especiales.


Cuando una película cumple su 50º aniversario, la cartelera deja de ser importante. Es todo un acontecimiento que una película alcance esa edad, y esa vigencia…

En el Imperio Romano, en el reinado de Augusto, Judá Ben-Hur, hijo de una familia noble de Jerusalén, se enfrenta a Messala, joven Tribuno que dirige los ejércitos de ocupación. Antes amigos, ahora enemigos irreconciliables. Judá es acusado de atentar contra la vida del nuevo gobernador romano. Messala encarcela a Judá, y a toda su familia.

Ben-Hur, llevado a galeras, jura vengarse de Messala aunque le lleve toda la vida. Un golpe de azar hará que Judá vuelva a su tierra, con otro nombre y posición. Alimentado por su odio, Judá reta a Messala en las carreras. Entre tanto, la historia de Jesús de Nazaret se cruza con los personajes, altera el curso de los acontecimientos y realiza un milagro, para cerrar el círculo y colmar de final feliz la película.

Esta “superproducción” de Hollywood, fue la más cara en su momento, sólo superada después por Cleopatra. Pero, mucho de su presupuesto se derrochó por la falta de organización y duración en el rodaje. Sirva de ejemplo, que para la carrera de cuadrigas, emplearon 4 meses de preparativos, 3 meses de rodaje, y como resultado, 20 minutos de secuencia en la película.

Un reparto, sensacional. Quizá, Charlton Heston (“La historia más grande jamás contada”, “El tormento y el éxtasis”, ambas de 1965) hizo el papel de su vida, ayudado por la gran dirección de William Wyler, quién llamó la atención al actor en varias ocasiones. Wyler, un auténtico maestro de la industria del cine, que ha dado títulos grandiosos: “Horizontes de grandeza” (1958) o “Vacaciones en Roma” (1953).

Mención especial tiene Stephen Boyd, quien entre otros aspectos de su interpretación, en la carrera de cuadrigas no permitió ningún doble, por lo tanto todas las escenas donde aparece Messala, incluyendo la caída, fueron interpretadas por el actor y rodadas por la segunda unidad: Andrew Marton y Yakima Canutt.

El guión fue sabiamente realizado, en base al libro de Lewis Wallace, con algún cambio significativo: La teja cae por accidente del propio Ben-Hur, Ben-Hur termina su amistad con Messala por el carácter que este adopta, burlándose del pueblo hebreo, y, por último, la novela termina cinco años después de la crucifixión de Jesús.

Por último, la gran banda sonora, compuesta por Miklós Rózsa (“Quo vadis”, “El Cid”), uno de los mejores compositores de bandas sonoras de la historia, quizá sólo igualado por su pupilo John Williams, ("Star Wars", "La lista de Schindler", "ET", "Indiana Jones", "Tiburón"...).

Si tuviésemos que elegir la mejor película del género de aventuras semi-históricas, sin lugar a duda: Ben-Hur.

jueves, 19 de noviembre de 2009

2012


2012 (Año 2009)

 
Duración: 158 min. Director: Roland Emmerich. Guión: Roland Emmerich, Harald Kloser. Música: Harald Kloser, Thomas Wanker. Fotografía: Dean Semler. Reparto: John Cusack, Chiwetel Ejiofor, Amanda Peet, Oliver Platt, Thandie Newton, Danny Glover, Woody Harrelson, Thomas McCarthy, Liam James, Morgan Lily, Zlatko Buric, Beatrice Rosen.
 
El calendario maya predice que el mundo acabará en el año 2012, con un gran cataclismo: Erupciones volcánicas, tifones y glaciares devastando el planeta. Todas las culturas y religiones coinciden en este suceso. Científicos y gobiernos de todo el mundo, preparan una grandes “arcas” para salvar a la comunidad científica, la cultura y los tesoros más representativos del arte. También, a aquellos que paguen unas desorbitadas cantidades de dinero. Sin embargo, la población no está avisada de la catástrofe. Este el planteamiento inicial. El protagonista, Curtis Jackson, realiza una visita al Parque Nacional de Yellowstone, con sus hijos. En el parque, por casualidad, conocen a un curioso personaje llamado Charlie Frost que les informa de lo que acontecerá. Lo toman por loco. Pero los primeros síntomas de la hecatombe comienzan a manifestarse, haciendo creíble esa predicción.
 
El alemán Roland Emmerich- “Godzilla” (1998) e “Independence Day” (1996)- no suele dejar indiferente a  nadie. Generalmente, la crítica masacra sus filmes sin piedad. Mientras, los espectadores acuden en masa a verlos, en busca de repartos de lujo y espectaculares efectos visuales. En “El día después de Mañana” intentó tímidamente mostrar el fin de nuestro planeta. Ahora lo ha conseguido. Una película puramente visual, con todos los parámetros habituales, con los clichés que esperamos: Hundimiento de Los Ángeles, erupciones volcánicas, inundaciones, terremotos, fuego, “pirotecnia de Hollywood”… Añadiendo a todo una ausencia total de silencio, con un volumen desmedido.
 
Este tipo de producciones no profundiza en los personajes, la historia trata con superficialidad  el aspecto humano. Sin embargo, nos implicamos con ellos, deseamos que salgan ilesos, que se salven: Un final feliz...
 
Encontramos una duración desmedida, un exceso de metraje, sin aportar información, sin complementar la trama, sólo la exhibición de toda clase de posibilidades para destriur, eso sí, con unos efectos especiales que hacen empalidecer a otras producciones del mismo género.
 
En cuanto al reparto, John Cusack es apto para este tipo de papeles. Así lo fueron Matthew Broderick, o Jake Gyllenhaal en otros trabajos del director. Cusack (“Alta fidelidad”, 2000) inexpresivo, impasible, un héroe anónimo que trata de salvar a su familia, con la falta de carga emocional, antes mencionada. Woody Harrelson (Transsiberian, 2008) como Charlie Frost, un papel curioso para este polifacético actor, y quizá más marcado y susceptible de recuerdo, para ser un simple secundario.
 
“2012” tiene su misión en la cartelera: Pasar una tarde en el cine, atiborrarse de palomitas y disfrutar del derroche de efectos especiales, peripecias de los protagonistas tratando de evitar la muerte... Y tomarse la película como una broma. Si la tierra tuviera que acabar, que fuera como lo plantea Emmerich.

jueves, 12 de noviembre de 2009

El imaginario del Doctor Parnassus


Caos fascinante.

El imaginario del Doctor Parnassus (The Imaginarium of Doctor Parnassus, 2009)
Duración: 122 min. Director: Terry Gilliam. Guión: Terry Gilliam, Charles McKeown. Música: Jeff Danna, Mychael Danna. Fotografía: Nicola Pecorini. Reparto: Christopher Plummer, Heath Ledger, Tom Waits, Lily Cole, Andrew Garfield, Verne Troyer, Mark Benton, Johnny Depp, Jude Law, Colin Farrell, Peter Stormare.

La película nos presenta una compañía teatral, dirigida por el milenario Doctor Parnassus. Sus más de mil años son fruto de un pacto con el Diablo. Pero todo tiene un precio: la hija de 16 años del Doctor. Personajes extraños, ente los que se incluye un ilusionista llamado Anton, un enano, Percy, y un misterioso forastero: Tony. Todos ellos comenzarán un viaje para rescatar a la joven muchacha. Y la presencia de un espejo mágico que transporta a mundos fantásticos, paralelos.

"El imaginario del Doctor Parnassus" es un proyecto de Terry Gilliam, conocido por ser miembro (actor/director) de los Monthy Pyton ("El sentido de la vida", 1983).
Al separarse este memorabe grupo, Gilliam comienza su propio camino, su universo particular y, a veces, ininteligible: "12 monos" (1995) y "Brazil" (1985).

Este proyecto viene marcado por la muerte de su actor principal, Heath Ledger en 2008, durante el rodaje. La mente de Gilliam, clonó a Ledger, con cuatro rostros para un mismo personaje. Los cambios quedan perfectamente justificados desde el punto de vista argumental, y dentro del caos, que siempre aporta el director.

El difunto Ledger ("The Dark Knight", 2008) hace un papel grandioso, más allá del papel "oscarizado" de Joker. Depp está más acertado como sustituto de Ledger. Acostumbrado a esta clase de papeles ("El secreto de los hermanos Grimm", T. Gilliam, 2005). Colin Farrel, no tanto. Y Jude Law sobra del reparto, y su doblador al castellano, también. Un gran papel para Christopher Plummer, encarnando al Dr. Parnassus: Decadente y humano. Un diablo único e irrepetible: Tom Waits, en un papel a medida, y presencia obligada en las películas de Gilliam.

El guión, como siempre, caótico, un argumento que nadie comprende, pero que se revela fascinante e impredecible. En ocasiones, algo barroca, abrumadora, un tono sombrío invade la historia. Evoca el ambiente de la mencionada "Brazil".
Los elementos fantásticos fluyen desde el espejo, un deleite visual, personajes carnavalescos y situaciones paranormales. Unas deliciosas escenas para disfrutar y recordar. Una fábula adulta, con mucho encanto.

Película muy recomendable, tanto para los seguidores de Gilliam, como para aquellos que no conocen su universo, su poderoso sentido visual, el exceso de imágenes, la incomprensión de lo que ocurre en la pantalla, y las interrogantes que plantea.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Un actor total.



Si recordarmos a José Luis López Vázquez, podemos decir, sin pensar demasiado, toda su filmografía, o buena parte de ella. Es parte de nuestra memoria cinematográfica. 70 años dedicados al cine y teatro, interpretando personajes inolvidables, que difícilmente podremos borrar de nuestros recuerdos. Este madrileño, es todo un símbolo del cine español. Deja un gran legado.

Comenzó su carrera en el teatro María Guerrero de Madrid, con la obra “El anticuario”. En 1946, comenzó en el mundo del cine, y no paró. Desde la década de los 50 participó en los grandes títulos del cine español.

Repasar las películas de López Vázquez, seleccionar unas pocas, es tarea difícil, con riesgo de dejarse alguna de las más de 200 que interpretó, pero lo intentaremos:

“El pisito” (1959) de Marco Ferreri, con guión de Rafael Azcona, contiene humor negro que recorre el film de principio a fin. No le son ajenos propósitos de denuncia y de crítica social. López Vázquez hace una interpretación muy contenida y precisa, en contraste con su compañera de reparto Mary Carrillo.

“Plácido” (1961) de Luis García Berlanga. Una obra maestra de imprescindible visionado, en la que destaca el grandioso reparto de actores, excepcionalmente dirigidos. Sin olvidarnos, que esta película podría tener vigencia en nuestros días.

'La gran familia' (1962), de Fernando Palacios, uno de los filmes más entrañables de la cinematografía española. Otro gran reparto, y un padrino entrañable, que muchos quisieran para sí: López Vázquez.

Otra vez Berlanga: “El Verdugo” (1963). Este director supo sacar lo mejor de éste actor. En esta ocasión, un “pequeño papel”, pero que brillaba en cada escena. La película, un clásico, trata la profesión de verdugo, con toda la naturalidad y familiaridad que se pueda uno imaginar.

“Mi querida señorita” (1971) Jaime de Armiñán, y guión de J.L Borau, mostró un López Vázquez en su faceta dramática. Encarnando a Adela, en un papel que pocos hubieran aceptado. Film candidato a los Oscar como mejor película de habla no inglesa.

En 1971 llegó el histórico Emmy para “La cabina”, una película realizada para televisión por Antonio Mercero y completamente asfixiante. Una gran interpretación de López Vázquez, transmitiendo toda la claustrofobia posible al espectador, en una metáfora del fin de la dictadura.

Basada en la novela homónima de Eduardo Mendoza, el actor protagonizó “La verdad sobre el caso Savolta” (1978), dirigida por Antonio Drove. Nos parece una película interesante, fiel al libro. En ella López Vázquez mostraba más facetas de actor, nuevas aristas.

Por último, recordar la saga “Patrimonio Nacional” de Berlanga y “¿Y tú quién eres?” (2007), una tragicomedia sobre el Alzheimer y el vacío de la memoria dirigida por Antonio Mercero.

Se van los grandes de una gran generación de actores, nos quedamos huérfanos, el cine español pierde a los “decanos”, a aquellos que tuvieron que hacer “cine alimenticio” y conjugarlo con cine en mayúsculas, asumiendo ese hecho como profesionales.

Sirva esta crónica de rendido homenaje a José Luis López Vázquez, un actor total.

jueves, 29 de octubre de 2009

Moon


Moon. 2009


Duración 97 min. Director: Duncan Jones. Guión: Duncan Jones y Nathan Parker. Música: Clint Mansell. Fotografía: Gary Shaw. Reparto: Sam Rockwell, Kaya Scodelario, Matt Berry, Malcolm Stewart, Benedict Wong, Dominique McElligott, Robin Chalk, Kevin Spacey. Premios: 42 Edición del Festival de Sitges 2009: Mejor película, mejor actor (Sam Rockwell), mejor guión y mejor producción.

Odisea Lunar


En un futuro no muy lejano, un astronauta se encuentra aislado en la Luna, durante un periodo de tres años para extraer helio, trabajando en una excavación minera mediante unas gigantescas máquinas “cosechadoras”. Su única compañía es un pequeño robot llamado Gerty. Su contrato está a punto de finalizar y regresará a la Tierra. Pero algo empieza a ir mal, y descubrirá un terrible secreto que le afecta directamente.

Duncan Jones, desconocido realizador, es hijo de David Bowie, el cual rechazó utilizar su apellido para dar publicidad a la película. En este proyecto no quiso estrellas en el reparto, salvo la voz de Kevin Spacey, que pudieran alterar la seriedad o el mensaje a transmitir.

El paralelismo o evocación de esta película, sin duda, es con “2001: Odisea del espacio” (S. Kubrick, 1968). No estamos ante un remake, ni siquiera ante un homenaje; sólo utiliza elementos de las películas clásicas del género para plantear una historia. Jones, a modo de profecía, destaca la importancia de nuestro satélite para la supervivencia de la humanidad.

La película se rodó en poco más de un mes, con un presupuesto relativamente bajo y efectos con maquetas, a la antigua usanza. Sin generarlos por ordenador, ni trucos multimillonarios.

Quizá observamos que en el desarrollo de la narración, Jones, muestra demasiados elementos. Lo que hace predecible el final, esperando un giro que no llega. Lo que deja con, supuesta, poca tensión la historia. A lo mejor, no le hace falta. Podemos plantearnos diferentes posibilidades de lo que ocurre en pantalla. Sin embargo, las reflexiones a las que podríamos llegar, después de ver “Moon”, son tantas, como las que surgieron al ver “Solaris” de A. Tarkovsky o “Blade Runner” de Ridley Scott.

“Moon” es un film de ciencia ficción, que recuerda a esas películas espaciales de la vieja escuela, sin miles de efectos especiales, pero con buenas ideas: Guión elaborado y coherente. La ausencia de velocidad o de acción se suple con contenido, con asfixia visual y una buena banda sonora de Clint Mansell (compositor de la B.S.O. de "Réquiem por un sueño"), que contribuye a comprender el papel del hombre aislado de sus semejantes durante un largo período de tiempo.

“Monolito”, soledad, Asimov y sus universo (sería extraño no hacer referencia al creador de las reglas de robots), y la inmensidad del universo son elementos que Jones utiliza para construir una película con voz propia, innovadora e inteligente. Un futuro clásico del género de ciencia ficción.

jueves, 22 de octubre de 2009


Si la cosa funciona (Whatever Works), 2009.


Duración: 92 min. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen. Música: Varios. Fotografía: Harris Savides. Reparto: Larry David, Evan Rachel Wood, Henry Cavill, Patricia Clarkson, Michael McKean, Kristen Johnston, Ed Begley Jr., Cassidy Gard, Yolonda Ross, Lyle Kanouse, Steve Antonucci, James Thomas Bligh, Chris Nunez.

La película se centra en un excéntrico y maduro hombre de Nueva York, que abandona su acomodada vida, para llevar una existencia más bohemia. De este modo conocerá a una bella joven del sur, desembocando todo ello en una serie de enredos familiares y sentimentales.

Los seguidores de Woody Allen (Manhattan, 1979) volvemos a reencontrarnos con este director. Después del fiasco “Vicky, Cristina, Barcelona”, y desde los tiempos de “Match Point”, no habíamos recuperado al cineasta de NewYork. En esta ocasión, se reinventa a sí mismo, desarrolla un guión que tenía en mente desde la década de los 70, con hipocondria, pesimismo vital, conflictos familiares y un madurito que queda prendado de una joven belleza.

En el papel protagonista encontramos a Larry David (Boris), conocido por ser el guionista de “Seinfeld”, y muy respetado como humorista. Se mete en la piel del director, mejor dicho, lo sustituye, sin que echemos de menos a Allen en pantalla. Larry David aporta matices al típico personaje: Enamoradizo de “jovencitas”, hipocondríaco, con discurso de catastrofista perpetuo; un homenaje al pesimismo inagotable.

La joven es interpretada por Evan Rachel Wood (“Thirteen” 2004), que se mete en el papel, creyéndonos su ignorancia e ingenuidad, por la que se hace posible que Boris quede enganchado a ella. Muy correcta, aunque eclipsada por el protagonista.


En el reparto se debería añadir la propia ciudad de New York, planos exteriores que marcan la presencia continua de esta urbe, que acompaña y acoge a los personajes, sus vidas y su devenir. Al igual, deberíamos tener presente la música jazz (algunos aprendimos de ella gracias a las películas de Allen).

Nos gusta especialmente que el personaje se confiese a la cámara, que se dirija a ella, que la mime, contemple y se explaye, obviando al resto de personajes, espectadores confidentes. Recuerda a la “La Rosa Púrpura de El Cairo” 1985, pero con otro tratamiento.

Allen nos atrapa con su compleja e impagable forma de observar la vida, sus diálogos interminables, y “gags”, algunos memorables, en esta ocasión. Algún pequeño quiebro en el ritmo narrativo, pero en general es una película que no defrauda, tanto a los “fieles”, como para los no iniciados. A pesar de ser la película de siempre, que ya hemos visto muchas veces, incluso que nos suenan algunos diálogos, la fórmula no falla, no nos cansamos de Woody.

jueves, 15 de octubre de 2009

Ágora


Ágora. 2009

Duración: 126 min. Director: Alejandro Amenábar. Guión: Alejandro Amenábar y Mateo Gil. Música: Dario Marianelli. Fotografía: Xavi Jiménez. Reparto: Rachel Weisz, Max Minghella, Ashraf Barhom, Oscar Isaac, Michael Lonsdale, Rupert Evans, Homayoun Ershadi, Richard Durden, Sami Samir, Manuel Cauchi, Homayoun Ershadi.

En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. Su ciudad más emblemática: Alejandría, último reducto de un mundo en crisis, confuso y violento. En el año 391, las revueltas callejeras alcanzaron una de sus instituciones más legendarias: “La Biblioteca”. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia, filósofa, lucha por salvar la sabiduría del mundo antiguo, sin percibir que su joven esclavo, Davo, se debate entre el amor que le profesa, en secreto, y la libertad que podría alcanzar uniéndose al imparable ascenso del Cristianismo.

El director Alejandro Amenábar, conocido por sus anteriores proyectos: “Tesis”, “Los otros” y la premiada “Mar adentro”, cambia de registro en sus películas, no se estanca en una temática ni género. Ahora, toca lo histórico o épico. Estamos ante un fenómeno, Hypatia, que aprovechan multitud de directores de cine, escritores y editores de revistas: Desde el libro de Magdalena Lasala, "La conspiración piscis", pasando por el ensayo de Clelia Martínez Mazo. Sin embargo, la película ha sido el germen para todas estas creaciones literarias, ya que hace un par de años, no creemos que nadie se hubiera planteado escribir sobre este personaje.

Esta producción es una de las más costosas de la historia del cine europeo, aunque su coste se ha mantenido en secreto, ronda los 50 millones de euros: Altos medios técnicos, una dirección cuidada, un montaje exhaustivo, un exceso, en ocasiones, de banda sonora, buen vestuario y un reparto de estrellas. Lástima que los decorados no estén a la altura.

“Ágora” tiene una gran ventaja: Una historia universal. Eso, posibilita llegar a más público y surcar los cines de todo el mundo. Apreciamos mucho que se nos cuente una historia, más allá de nuestro barrio, de nuestra realidad social, de la vecina del 6º, o del bar de la esquina. Sin embargo, creemos que Amenábar ha querido mostrar un film demasiado grandioso, y se le ha ido un poco de las manos, no manteniendo el ritmo narrativo, existiendo bajones y poca acción, falta de tensión. Además no profundiza en lo social, ni en un posible alegato feminista, y poca crítica a la intolerancia religiosa.

Rachel Weisz (“El jardinero fiel”), Hypatia, un gran acierto en el reparto, una de sus miradas nos transmite mucho más que cualquier diálogo. Sobresale por encima del resto de compañeros del film; se alza maravillosamente. Acompañan a Weisz, el británico Max Minghella (Davo), y el guatemalteco Oscar Isaac (Orestes). Ambos correctos, pero no despuntan en sus actuaciones, suponemos, eclipsados por la protagonista.

En general, es una buena película. Además, nos facilita comprobar que el fanatismo de destructores de conocimiento perdura hasta nuestros días. Una historia del pasado que nos enseña que el mundo no ha cambiado tanto.

jueves, 8 de octubre de 2009


X Festival de Cine de Pamplona: “Alternatif”.

El Festival de cine de Pamplona, más conocido como “Alternatif”, cumple 10 años. Esta edición cuenta con gran número de cortos, casi 600 en la preselección.
Destacamos, de lo visto hasta la fecha, el corto de Francisco Araujo, titulado: “Quid Pro Quo”, un corto en clave de humor, en el que dos personajes “tropiezan” y quedarán en deuda el uno con el otro, para siempre. Muy aplaudido por el público y de gran originalidad.
Por otra parte, mención especial merece el corto titulado, “El encargado”, historia que se centra en un aula de colegio: Mientras el profesor se ausenta, deja como vigilante a un alumno ejemplar, que deberá anotar en la pizarra aquellos que se portan mal; asumirá su autoridad aunque retado por un compañero. Pequeño cortometraje con gran ritmo narrativo y una banda sonora muy cuidada.
Un corto sorprendente, que se sale de lo común, es “The End”, del director Eduardo Chapero-Jackson, en una visión apocalíptica del futuro, en el que el litro de agua está al mismo precio que el de gasolina: 40 dólares. Aprovecha esta visión, para hacer una crítica sobre la tenencia de armas de fuego. Un corto de 27 minutos que hubiera podido ser, sin problemas un largo, dada la calidad del guión y del trasfondo que contiene.
Observamos, del producto patrio, una tendencia al cine social: malos tratos, “violencia de género” e inmigración. Cuando no se aborda el cine social, se opta por la “macarrada”, lo gore, o ciertos despropósitos sin sentido. En ocasiones, uno se plantea que los directores de cortos disponen de técnica, medios y grandes actores, pero sigue fallando el guión: Predecibles, mensaje poco sutil, búsqueda del golpe de “risa fácil” y ninguna sorpresa.
Sin embargo, los cortos extranjeros optan por el humor o la sátira. El corto más aplaudido por el público, en la sección internacional, ha sido “Comitè Exécutif” (Gilbert Carsoux): Un comité de altos cargos, de una empresa, con unos castigos curiosos y peculiares, ante la no consecución de sus objetivos.
También, el corto argentino “Olimpiadas”, se ha llevado gran parte de los elogios, narrando la multitud de “pruebas” y apuestas que realizan dos amigos, para decidir quién va a por gasolina, cuando se quedan con el depósito vacío.
En las últimas sesiones se podrán ver “El otro lado de la vida” de Ignacio Bernal, director aragonés que ha contado con Candela Peña para su cortometraje. Una producción con posibilidades de conseguir el premio en la sección Alternatif, y que ya sabe lo que es ganar premios en otros festivales.
Por último, destacar el corto del Navarro Javier Urdániz Escolano, quien ya ganara el año pasado con Black. En esta ocasión presentará “Olvidar el mar”, una historia en el que la imagen cobra todo el protagonismo y el cambio de perspectiva, o de posición será la sorpresa final de la historia.
La entrega de premios se realizará el sábado 10, y podremos comprobar si la opinión del público, con sus aplausos y votos, coincide con el jurado del Festival.

jueves, 1 de octubre de 2009

Destino: Woodstock


Destino: Woodstock (Taking Woodstock) 2009


Duración: 110 min. Director: Ang Lee. Guión: James Schamus, sobre un libro de Elliot Tiber y Tom Monte. Música: Danny Elfman. Fotografía: Eric Gautier. Reparto: Henry Goodman, Liev Schreiber, Emile Hirsch, Demetri Martin, Jonathan Groff, Imelda Staunton, Jeffrey Dean Morgan, Eugene Levy, Paul Dano, Dan Fogler, Mamie Gummer, Zoe Kazan.

Versión libre del nacimiento del festival más famoso de la historia: “Woodstock”. A modo de comedia desenfadada, el film relata, más que el propio desarrollo del festival, cómo surgió la idea de hacer un concierto para recaudar fondos y solucionar una deuda familiar. Guión firmado por James Schamus, se basa en la novela/memorias de Elliot Tiber: Historia de un joven, que tuvo que volver a su pueblo para hacerse cargo del hotel de su familia. Tuvo un importante papel involuntario, para que el Festival de Música y Arte de Woodstock, en 1969, fuera un acontecimiento histórico. Al enterarse de que en un pueblo vecino han retirado la autorización para que se celebre un festival hippie de música, llama a los organizadores pensando que puede ser la ocasión de revitalizar el hotel. Tres semanas después, medio millón de personas se dirigen hacia la granja de su vecino, en White Lake, para participar en "los tres días de paz y música", que definieron a toda una nueva generación.
Ang Lee, director de ”El banquete de boda” (1993) y “Comer, beber, amar” (1994), nos presenta “Destino: Woodstock”. Esta comedia recupera para las nuevas generaciones el mítico concierto. Aunque, dado que existe una de las mejores grabaciones en cine de un concierto, “Woodstock 1970”, Lee no ha arriesgado y se ha centrado en la intrahistoria, en los preparativos, recreándose en los pequeños detalles que pudieron pasarse por alto, con cierto tono nostálgico. De hecho, no recurre a grabaciones de la época, o a la citada película, para rellenar metraje.
Lo mejor de la película, sin dudarlo, son la cantidad de personajes surrealistas que desfilan, acompañando al protagonista. Henry Goodman, interpreta a Elliot Tiber, en ocasiones ligeramente soso, pero hay escenas (LSD) que provocan carcajadas eternas. Por otra parte, Liev Schreiber (quien veremos en “Salt”, junto a Angelina Jolie, próximamente), tan camaleónico como de costumbre, hace una muy buena interpretación de un travesti, rellenando algunos “huecos” del protagonista.
La banda sonora no puede eludir a los grandes: Doors, Jannis Jopli, Hendrix, The Who y Santana, entre otros. Una maravilla.
Ang Lee se desenvuelve mejor en tonos dramáticos, o en historias en las que el humor es más fino. Sin embargo, sale airoso y tiene recursos de gran director, aunque está un poco más torpe/descuidado en la dirección, quizá lo requiera el género.
“Destino: Woodstock” es una simpática, entretenida e ingeniosa película que nos transporta a los años 60, con toda la carga que supone el 40 aniversario de este gran evento.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Malditos Bastardos


Malditos Bastardos (Inglorious Bastards) 2009.

Duración: 153 minutos. Director: Quentin Tarantino. Guión: Quentin Tarantino. Música: Varios. Fotografía: Robert Richardson. Reparto: Brad Pitt, Diane Kruger, Christoph Waltz, Daniel Brühl, Mélanie Laurent, Eli Roth, Michael Fassbender, Samm Levine, B.J. Novak, Til Schweiger, Gedeon Burkhard, Paul Rust, Michael Bacall, Omar Doom, Sylvester Groth, Julie Dreyfus, Jacky Ido, August Diehl, Martin Wuttke, Richard Sammel, Christian Berkel, Sönke Möhring, Mike Myers, Rod Taylor, Denis Menochet, Cloris Leachman, Samuel L. Jackson, Enzo G. Castellari.

Festival de Cannes 2009 - Mejor actor: Christoph Waltz.

Segunda Guerra Mundial. Durante la ocupación alemana de Francia, Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) presencia la ejecución de su familia a manos del coronel nazi Hans Landa (Christoph Waltz). Shosanna consigue escapar y huye a París, donde se forja una nueva identidad como dueña y directora de un cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine (Brad Pitt) organiza un grupo de soldados judíos para tomar represalias contra objetivos concretos. Conocidos por el enemigo como “The Basterds” (Los bastardos), los hombres de Raine se unen a la actriz alemana Bridget Von Hammersmark (Diane Kruger), una agente secreta que trabaja para los aliados, con el fin de llevar a cabo una misión que hará caer a los líderes del Tercer Reich. El destino quiere que todos se encuentren bajo la marquesina de un cine donde Shosanna espera para vengarse.
Quentin Tarantino (“Pulp Fiction” y “Reservoir Dogs”) vuelve a arriesgar con un film brillante y audaz. Aúna la elegancia, precisión y monumentalidad clásica, con la originalidad, provocación y radicalidad del cine alternativo. Viene a demostrarnos que se puede hacer gran cine, que todo no está perdido: Mezcla de cine clásico y de serie B.
La recreación de la IIª Guerra Mundial, sólo es un pretexto, dada la invención y cómo falsea la historia, algo que sólo se le permite a Tarantino. Los diálogos, largos y divertidos, marca de la casa, superan sus otras películas-guión, con más seguridad en ambos aspectos. Madurez de la puesta de escena, algo que en otras ocasiones estaba deliberadamente descuidada. Un cruce de dos historias que se fusionan en una película de “acción”, con violencia gratuita y humor negro, que puede entenderse equivocadamente como insensibilidad.
El reparto, muy bien elegido. Brad Pitt realiza una interpretación más que aceptable; se la debe totalmente a la dirección, no a sus recursos como actor. Christoph Waltz, premiado como mejor actor en el Festival de Cannes de este año: sensacional. Se adueña de la película, aporta seriedad y alterna con una faceta cómica inesperada. Por otro lado, Diane Kruger, perfecta. Y un más que correcto Eli Roth, aportando cierta gracia a un secundario sin mucho peso. Atención especial a Mélanie Laurent, como Shosanna, uno de los mejores personajes salidos de la mente del director.
Brillante, con carácter, película maravillosamente interpretada, que nos trastoca las expectativas a cada minuto. Tarantino nos regala un despliegue visual y musical admirable; vuelve a encontrar el camino que había perdido en “Death Proof”.

sábado, 19 de septiembre de 2009

District 9


District 9 (2009).


Director: Neill Blomkamp. Guión: Neill Blomkamp, Terri Tatchell. Música: Clinton Shorter. Fotografía: Trent Opaloch. Reparto: Sharlto Copley, Jason Cope, David James, Vanessa Haywood, Mandla Gaduka, Kenneth Nkosi, Eugene Khumbanyiwa, Louis Minnaar, William Allen Young. Duración: 111 min.

Hace 20 años, una enorme nave espacial extraterrestre, llegó a Johannesburgo (Sudáfrica). Los alienígenas, pasaron a vivir en la Tierra, en condiciones penosas, como "refugiados"; en un “gueto”, a modo de campo de concentración construido a las afueras de la ciudad. Los humanos siempre habían esperado un ataque hostil, o un gran progreso/avance tecnológico. Pero nada de ello sucedió. Distrito 9 es el nombre que se asignó a la zona en la que dejaron apartados y aislados a los extraterrestres. Cuando comienzaron los problemas de convivencia entre hombres y “bichos”, se decidió llevarlos a una nueva zona, hasta saber cómo solucionar la coexistencia.
“Distrito 9” es un film de ciencia ficción, de verdad. Si “Matrix” supuso un punto de inflexión, o “Blade Runner” lo fuera en otra época, esta película puede convertirse en punto y aparte para este género.
Peter Jackson (“El señor de los anillos”) productor de la película, se fijó en el joven Neill Blomkamp, a raíz de algunas de sus “pequeñas” producciones.
Jackson produce la película y ha dejado libertad absoluta al joven director Neill Blomkamp, para esta genialidad. Blomkamp ha trabajado en series como “Smallville” y “Stargate”, realizando efectos especiales. En España hemos visto una de sus creaciones, en forma de anuncio, un robot de una marca de coches. Blomkamp ha convertido su cortometraje, “Alive in Joburg”, en un largometraje brillante, sin los medios y con el presupuesto ajustado. Imprime un estilo inicial de documental que, hábilmente, ha transformado en una película de acción, sin notarse transición alguna.
El guión está alejado de los planteamientos de la ciencia ficción clásica y escrito con mucha coherencia. Sin olvidar un trasfondo moral, basado en los males sin erradicar de los seres humanos: discriminación, choque de culturas, racismo… No deja de ser paradójico que se desarrolle el argumento, justamente, en el lugar donde se sufriera el “apartheid”, con las distintas revoluciones y resistencias derivadas. Una conclusión: el ser humano, no aprende ante lo desconocido, lo aparta y excluye, en lugar de integrarlo o comprenderlo. En el fondo, de eso trata la película, al margen de los tiros o la violencia.
Wikus Van De Merwe se convertirá en el antihéroe, interpretado por Sharlto Copley, el desconocido actor protagonista: Sensacional, magnífico y genialmente caracterizado. Pasamos del odio a este personaje a identificarnos con él. Copley lo consigue a la altura de los consagrados.
Los “bichos” extraterrestres, muy logrados: Movimientos e integración en los planos, a pesar de ser digitales, dan la talla como si de un actor “real” se tratara.
Fascinante película, con un estilo muy particular y una historia diferente, que va creciendo a cada minuto. Excelente y sin palabras a la salida del cine.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Expediente 39


Expediente 39 (Case 39).

Duración: 109 min. Director: Christian Alvart. Guión: Ray Wright. Música: Michl Britsch. Fotografía: Hagen Bogdanski. Reparto: Renée Zellweger, Jodelle Ferland, Ian McShane, Kerry O'Malley, Callum Keith Rennie. Productora: Paramount Pictures.

Cada cierto tiempo las productoras se atreven con una película de terror. Pocas veces. Estamos ante uno de esos atrevimientos. Un film catalogado de thriller de terror, con una gran campaña de publicidad. Por supuesto, el planteamiento de “Expediente 39” no es nuevo; por ejemplo, lo encontramos en “La maldición de Damien” y “La profecía”, ambas películas, hoy muy admiradas y valoradas.
Emily Jenkins es trabajadora de servicios sociales. Emily piensa que en su campo lo ha visto todo, que está curada de espanto. Pero no es así. Un día conoce a su nuevo y más misterioso caso, el que hace el número 39: Una problemática niña maltratada de 10 años llamada Lilith Sullivan. Confirma sus peores miedos, cuando los padres de Lilith intentan matar a la niña, su única hija. Emily la salva y decide llevársela con ella, hasta que otra familia llegue para acogerla. Pronto descubrirá que Lilith no es tan inocente como aparenta.
Christian Alvart, su director, (“Antikörper, el ángel de la oscuridad”, 2005), ha trazado una película basada en escenas plagadas de sustos y sobresaltos al espectador. Hacer cine de terror es complicado, por lo predecible de los argumentos. Alvart ha intentado no caer en los recursos propios del género, proponiéndose invertir algunos de los elementos para evitar previsibilidad. Lo ha intentado, pero, al final, se ha visto sin recursos para salir adelante y ha retomado los tópicos y rutinas del género.
Renée Zellweger (“El diario de Bridget Jones”), hasta la fecha, estaba un poco encasillada en papeles cómicos, pero en esta ocasión, interpretando a Emily, demuestra que posee otras facetas que no había tenido oportunidad de mostrar en pantalla. Está muy convincente y metida en su papel. Sabe transmitir el horror que existe en cada situación, sin sobreactuar. Una gran actriz.
Jodelle Ferland (“Tideland” y “Silent Hill”), en el papel de la niña Lilith, está formidable. Es el personaje clave. Bien dirigido y mejor interpretado, muy por encima de sus compañeros adultos de reparto. Aterradora, demoníaca, angelical. La niña impresiona en sus cambios bruscos de actitud, de la forma que pasa de mostrar una cara inocente a reflejar una cara demoníaca, que causa tensión en toda la película.
“Expediente 39” contiene mucho “susto”; su director podía haber orientado la película con un planteamiento más psicológico, y no por ello hubiera caído la tensión o el terror. Pese a algún ligero defecto de montaje y unos pequeños fallos del guión, es una buena historia, con un buen reparto.
Pero ni de lejos, lo que la campaña de marketing ha plasmado en sus carteles, comparándola con: “El orfanato” (Juan Antonio Bayona, 2007) y “El Exorcista” (William Friedkin, 1973).

jueves, 3 de septiembre de 2009

Enemigos públicos


Enemigos públicos (2009).


Duración: 140 minutos. Director: Michael Mann. Guión: Ronan Bennett, Michael Mann y Ann Biderman (Libro: Bryan Burrough). Música: Elliot Goldenthal. Fotografía: Dante Spinotti. Reparto: Johnny Depp, Christian Bale, Marion Cotillard, Billy Crudup, Stephen Dorff, Stephen Lang, James Russo, David Wenham, Christian Stolte, Jason Clarke, Branka Katic, Wesley Walker, Stephen Graham, Giovanni Ribisi, Matt Craven, Channing Tatum.

Estamos ante una película de antihéroes. Como ya sucediera con “Bonney and Clyde” en la que el espectador sufre un proceso de empatía con los “malos”, o, como pasara con “Dos hombres y un destino” (los formidables Paul Newman y Robert Redford). No sabemos por qué tendemos a identificarnos con aquellos que están fuera de la Ley. Nos apasiona más aquello que va contra las normas, que los que siguen el camino de la rectitud. Suponemos, que personajes así nos hacen vibrar. Son más interesantes, y no anodinos, contienen más facetas y aristas que un buen ciudadano.
La trama se sitúa en la Gran Depresión de USA. Narra la historia de Melvin Purvis (Christian Bale), el agente del FBI que en la América de los años treinta lideró la búsqueda del legendario atracador de bancos John Dillinger, considerado el criminal más buscado de América, (Johnny Depp) y su banda. Se contrapone el héroe y el villano, lo bueno y lo malo.
El guión está basado en el libro de Brian Burrough "Public Enemies: America's Greatest Crime Wave and the Birth of the FBI, 1933-43" que el trío de guionistas, Ronan Bennett, Michael Mann y Ann Biderman, ha sabido adaptar y lograr en esta obra. Diálogos muy brillantes. Además, no estamos ante un remake o una interpretación de otra película, que es algo de agradecer.
El director, Michael Mann, ha sabido hacerse un hueco en el cine reciente, con films comerciales pero de calidad: “Heat” y "Collateral". Ha imprimido su habitual estilo: Un buen ritmo narrativo, exceso de movimientos de cámara y un montaje algo rápido (en ocasiones no justificado y violento), para nuestro gusto, aunque, en conjunto, dota de dinamismo al film.
Johnny Depp y Christian Bale están correctos, pero no llegan a desplegar su máximo potencial. Deep, pensamos que no ha sido una buena elección en el reparto. No termina de implicarse en su papel, y debería ser la estrella del reparto, el personaje que deslumbrara, para identificarnos con él. Diferente ocurre con los actores secundarios, magníficos, desde la banda de “Nitti”, a los "intocables" de Texas, excepcional Stephen Lang, que ensombrece a los dos protagonistas, e incluso, se muestra más creíble que ellos.
La fotografía es uno de los grandes defectos de la película, el uso de la tecnología es muy evidente, perdiéndose los matices del celuloide, reemplazados por efectos digitales.
Aventura y acción para una película que se ha quedado imperfecta, no acabada. Un metraje, algo largo, pero de agradecer, y una banda sonora que llena algunos vacíos, ayudando al metraje y al ritmo.

Night Train



Night Train (2009).

Duración: 83 min. Director: Brian King. Guión: Brian King. Música: Henning Lohner. Fotografía: Christopher Popp. Reparto: Danny Glover, Steve Zahn, Leelee Sobieski, Harry Anichkin, Geoff Bell, Luca Bercovici, Ivo Ivailov Georgiev, Constantine Gregory, Togo Igawa, Jo Marr, Sofia Leticia Morales, Takatsuna Mukai, Richard O'Brien, Yana Atanasova Popova, Matthias Schweighöfer, Marianne Stanicheva.

Un tren nocturno. Sube un pasajero anónimo e inquietante, en el último momento, con gabardina y sombrero, que parece que se ocultara de los demás. Lleva en las manos una extraña caja. Al tomarse unas pastillas, aderezadas con licor, sufre un ataque y muere. El resto de los pasajeros no han pasado por alto lo que portaba ese personaje y observan el objeto. A través de una rejilla, inspeccionan su interior. Cada uno percibe un tesoro diferente, generado por sus propias ambiciones. Esto hace que todos los pasajeros deseen la caja y hagan lo imposible para conseguirla: Trampas, mentiras o hacer desaparecer el cadáver del dueño del objeto.
Brian King, guionista de “Cypher” y “Un extraño entre nosotros”, pasa a la dirección con este curioso thriller de categoría moral, en el que nos expone uno de los vicios capitales de la condición humana: la codicia. King nos presenta en “Tren nocturno” una fábula sobre la propia vida (el tren), los deseos que tenemos (la caja), y cómo termina todo (la muerte). Cabe destacar una austeridad en los medios utilizados, con una ambientación casi teatral, dando prioridad a las interpretaciones y al guión (del mismo King). Además, unos planos exteriores del tren, espectaculares, aunque producidos por ordenador. Este film se añade a la lista de buenas películas hechas en un tren, o sobre trenes: “El Maquinista de La General” de Buster Keaton (1927), “Asesinato en el Orient Express” (1974) de Sidney Lumet, o, recientemente, “Transsiberian” (2008).
Danny Glover conocido por la saga taquillera “Arma Letal”, interpreta a Miles, el revisor del tren. Realiza una muy buena interpretación, destacando cómo expresa su posición ambigua ante el objeto; existen momentos de duda, casi de tentación, que Glover ha mostrado muy convincentemente.
En el tren, también va una hermosa pasajera llamada Chloe, magníficamente interpretada por Leelee Sobieski (todo un descubrimiento en “Eyes Wide Shut”, de Stanley Kubrick). En esta ocasión, se muestra, además de bella, aterradora, despiadada y misteriosa. Una nueva faceta de esta actriz que debería ser utilizada en el futuro.
Otro de los actores a destacar es Steve Zahn (“Reality bites”), que representa a un locuaz comercial, que desarrolla el deseo por la caja y por el botín que supuestamente contiene. Un gran trabajo para Zahn, que hasta la fecha pasaba un poco desapercibido en sus trabajos.
Night Train es un ejemplo de cómo hacer cine: Con los medios justos, planteando una buena dirección, un excelente guión, unos personajes bien definidos, y con un gran contenido: Humor negro, muerte, codicia, mafiosos, policías, japoneses, y pensando que cualquiera puede acabar luchando por la “caja”.

viernes, 21 de agosto de 2009

An American Affair

An American Affair (2008)

Director: William Olsson. Guión: Alex Metcalf. Música: Dustin O'Halloran. Fotografía: David Insley. Reparto: Gretchen Mol, James Rebhorn, Cameron Bright, Perrey Reeves, Mark Pellegrino, Noah Wyle, Jermaine Crawford, Kris Arnold, Jimmy Bellinger.
La película se centra en Estados Unidos en los años 60. John F. Kennedy es el presidente del país, tras derrotar a Nixon. Graham Stafford es un preadolescente ensimismado en sus propios pensamientos y juegos, sin mayores preocupaciones. Un día, se traslada una joven, atractiva y seductora mujer. A través de la ventana de su casa la descubre desnuda. Adam se propone descubrir todo lo que pueda de su nueva vecina, Catherine Caswell. Ella resultará ser una mujer intrigante, que recibe visitas en su casa de personas importantes de la política, de la administración Kennedy. La muerte de Kennedy será un elemento decisivo de la historia, que determinará el final.
La película puede tener su base en la vida de Mary Pinchot Meyer, ex-mujer de un alto cargo de la CIA, Cord Meyer, que fue amante de Kennedy, y que murió asesinada en misteriosas circunstancias, sospechándose siempre que la Agencia estaba implicada en dicho asesinato.
Interesante drama en la que un chico comienza a iniciarse en la edad adulta, en el descubrimiento de la sexualidad, del deseo y de las relaciones. Sin embargo, su ambiente familiar es de estricta educación católica irlandesa. Sus padres son escritores y periodistas, personajes bien perfilados: Adrienne interpretado por Perrey Reeves y Mike por Noah Wyle, el entrañable doctor Carter de Urgencias, el cual está más acertado que de costumbre.
Cameron Bright (el niño de "Reencarnación" y "Gracias por Fumar", ahora algo más crecido) interpreta al adolescente magníficamente, destacando la escena del primer beso de Graham. De alguna manera pierde su inocencia, al igual que la pierde EEUU con la muerte de su presidente, algo que marcó la historia de un país y de una generación. William Olsson realiza un estimable trabajo, y acierta en ese planteamiento de la película.
Sobre J.F.K., o su época existen numerosas películas, desde la soberbia “J.F.K.: Caso abierto” de Oliver Stone, pasando por “Acción ejecutiva” de David Miller. “An American Affair” establece más posibilidades conspiratorias, una posibilidad más, pero todo ello como pretexto. Creemos obligado comentar el paralelismo con “Verano de 42” de Robert Mulligan, también con protagonista preadolescente.
Gretchen Mol (“Los diez locos mandamientos” y “El tren de las 3:10”), la bella e interesante actriz realiza correctamente el papel, comedida y desplegando su poder dramático en su momento.
Esta película está muy rodada, no tiene defectos a primera vista, y es válida, sobretodo, para aquellos enamorados con esta época y sus circunstancias. Quizá podría tener algo más de emoción, pero no creo que ese sea el propósito inicial del guionista Alex Metcalf. Esa falta de emoción se suple con una buena historia, buena fotografía y un final inesperado.
Guillermo Pérez Pérez y Enrique Pérez Tudela
http://cinemapirineo.blogspot.com

jueves, 13 de agosto de 2009

Tetro


Tetro (2009)


Duración: 127 min. Director: Francis Ford Coppola Guión: Francis Ford Coppola. Música: Osvaldo Golijov. Fotografía: Mihai Malaimare Jr. Reparto: Vincent Gallo, Alden Ehrenreich, Maribel Verdú, Klaus Maria Brandauer, Carmen Maura, Rodrigo De la Serna, Leticia Brédice, Mike Amigorena, Sofía Castiglione, Francesca De Sapio, Adriana Mastrángelo, Silvia Pérez, Erica Rivas.
Tetro es la última obra de Francis Ford Coppola, director de películas míticas, entre otras, la saga de El Padrino y Apocalypse Now. Estamos ante una apuesta visual arriesgada, en blanco y negro, y flashbacks en color, con un tratamiento personal, y para iniciados. Tetro cierra un círculo en su obra, abierto en Dementia 13, y continuada, en su anterior Youth without youth.
Ambas tienen un ambiente oscuro, cerrado, opresivo, con historias familiares, con fantasmas y situaciones sin resolver. Los temas de familia siempre han sido una obsesión para Coppola. Si bien, desde esa película, Francis Ford Coppola ha hecho mucho cine, desarrollando un estilo y una iconografía propia. Y se puede permitir una película con género dramático, e incluso operístico.
Bennie Tetrocini llega a Buenos Aires en busca de su hermano desaparecido hace diez años. Durante la película planea la figura del padre, Carlo, un renombrado director de orquesta sinfónica que emigró con la familia de Italia a Argentina. Cuando Bennie encuentra a su hermano mayor, el poeta brillante y melancólico Tetro, no haya al hermano admirado, ídolo de la infancia. Ahora es un hombre distante y desilusionado que cambió su identidad y se oculta de su familia. Bennie pasará un tiempo con su hermano y con la novia de éste, Miranda, reviviendo experiencias de su pasado y revelando un gran secreto.
Cada vez más, nos vamos acostumbrando a ver a actores españoles en grandes producciones, pero de eso a que trabajen con el maestro Coppola, no tanto. Carmen Maura y Maribel Verdú intervienen en esta producción; Maura con un pequeño papel, no muy bien definido, pero brillante en su actuación; Maribel Verdú, como uno de los grandes aciertos, que acompaña a un Vincent Gallo soberbio e impresionante. Por otra parte, Aldren Ehrenreich, un desconocido y joven actor que ha sido todo un descubrimiento, en el papel de Bennie.
En las cuestiones técnicas, la fotografía cuidada en exceso, mimada y con transparencias y fotomontajes, no a la altura de La Ley de la calle, pero, no por ello menos brillante. Las conversaciones entre los hermanos van acompañadas con un juego lumínico muy interesante.
Estamos ante un regreso esperado, que Coppola estrene film es todo un acontecimiento. Cada vez que se estrena una de sus películas los espectadores se dividen, entre los que quieren ver elementos de sus anteriores películas y los que aceptan los cambios. Es una película difícil, muy personal y preciosista. Por ello, un simple visionado no será suficiente para valorarla justamente. Eso ya nos sucedió con Corazonada, y hoy es todo un clásico de culto. Esperemos que suceda algo parecido con esta furiosa historia familiar de posibles tintes autobiográficos.

Up


Up (2009)


Duración: 96 minutos. Director: Pete Docter, Bob Peterson. Guión: Bob Peterson. Música: Michael Giacchino. Fotografía: Animation. Reparto: Animation. Productora: Pixar Animation Studios / Walt Disney Pictures.
Estamos ante otra genialidad de la factoría Pixar, que navega contracorriente. Mientras unos hacen animación insulsa, sin guión, sólo efectos y unos cuantos chistes, esta productora nos asombra con UP. La película nos presenta a un vendedor de globos de 78 años, Carl Fredricksen. Carl tiene un sueño: enganchar miles de globos a su casa y salir volando rumbo a América del Sur. Lo consigue y se embarca a un viaje, una aventura con un compañero de viaje no deseado, Russell, un niño de 8 años, cuyo optimismo está a prueba de todos los acontecimientos.
Pocas veces, al llevar escasamente 10 minutos de metraje, tienes la sensación de estar delante de una obra maestra, una película que marcará la manera de enfocar el cine de animación en el futuro. Los primeros minutos son cine puro, un manual de cómo presentar a los personajes sin necesidad de diálogos, sólo cine mudo, con música. Por supuesto, la referencia la tenemos en mente: Chaplin; sin olvidarnos a Miyazaki o Capra, que influyen claramente en el guión, imagen y fotografía.
El mensaje de este film es muy claro, y válido para cualquier generación: el deseo por hacer cosas en la vida, sin influir la edad. Nada es imposible. La imaginación y la Ilusión es el motor de nuestras vidas. ¡Vivir las pequeñas utopías!
Todo se sustenta en un guión desarrollado por Pete Docter (Monstruos S.A.) y Bob Peterson con sentido del humor, reparto de personajes carismáticos y personajes que evolucionan, cambian, se adaptan y no vuelven a ser los mismos. Sin olvidar que está hecho desde la sinceridad, sin pretensiones, utilizando los recursos técnicos en su medida, pero sin olvidar su mensaje. El guión presenta dos personajes opuestos, Carl, que está de vuelta de todo, y Russel, la inocencia y el optimismo absoluto. Se complementan uno por su juventud y otro por su sabiduría.
Al final de la aventura, ambos llegarán a entenderse, comprender el valor de la amistad, el amor, la solidaridad y la búsqueda por cumplir los sueños. “Up” ofrece una de las aventuras más emocionantes de los últimos años, la posibilidad de que el género alcance lo que había perdido: alma y pasión.
Pixar (Toy Story, 1995; Monsters, Inc., 2001; Ratatouille, 2007) siempre se ha mostrado como una productora con un nivel superior, en lo técnico y en las propias historias, con ideas, no siempre para un mercado infantil, son capaces de enganchar a los adultos.
Muchos padres optarán por llevar a sus hijos al cine, sólo como pretexto. El público infantil saldrá del cine encantado, con los ojos abiertos e ilusionados; el público adulto, se habrá emocionado, con regusto a melancolía.
Cine humanista con tono lírico, una obra universal y perdurable en el tiempo, que será válida para próximas generaciones.

Ex

Ex (2009)

Director: Fausto Brizzi. Guión: Fausto Brizzi, Massimiliano Bruno, Marco Martani. Fotografía: Marcello Montarsi. Reparto: Claudio Bisio, Nancy Brilli, Cristiana Capotondi, Cécile Cassel, Fabio De Luigi, Alessandro Gassman, Claudia Gerini, Flavio Insinna, Silvio Orlando, Martina Pinto, Carla Signoris, Gianmarco Tognazzi, Giorgia Wurth, Malik Zidi. Productora: Coproducción Italia-Francia.
Una comedia romántica con planteamiento simple: todos, o casi todos, hemos tenido un ex, una persona con la hemos compartido el amor. Pero al extinguirse esa mecha que ilumina a la pareja, y acabar la relación se convierte en “EX”. Algunos son odiados/as, otros se han convertido en amigos/as, o incluso existe la posibilidad de que haya quien siga enamorado de esa persona. Planteamiento coral de una producción italiana que ha cosechado gran éxito en taquilla en su país, cabe la posibilidad de que en España pueda repetirse el fenómeno, aunque las producciones italianas, en el mercado español, se comportan con distinta suerte.
“Ex” muestra escenas disparatadas y situaciones cómicas que son fácilmente reconocibles, por cualquiera que tenga un ex. Parejas en plena crisis, desencuentros sentimentales, un toque melodramático en ocasiones y humor ácido, que torna a ligero en alguna ocasión. Las vidas entrelazadas de seis parejas, en el tiempo que transcurre entre Navidad y el día de los enamorados, con declaración de amor eterno final.
Existe cierto paralelismo con “Love Actually” (Richard Curtis) y el uso de la misma estructura que “Cuatro bodas y un funeral” (Mike Newell), a la italiana, claro está. Y tiene un referente claro en su país: "Manuale d´amore", de Giovanni Veronesi, en la que también se entrelazan las historias de amor y desencuentros.
Fausto Brizzi se estrena como director, aunque ha trabajado en diversas comedias como guionista. Ha elaborado un producto entretenido y agradable con una buena dirección de actores, los cuales realizan eficazmente sus interpretaciones, aunque en ocasiones se nota cierta sobreactuación, algo habitual en el cine italiano. Está protagonizada por algunos de los actores italianos más reconocidos, Silvio Orlando (“Il caimano”), Alessandro Gassman (“Hamam, el baño turco”) y Claudia Gerini (“No te muevas”), entre otros. Lástima que muchos de ellos sólo sean conocidos en su país, dado que podrían tener proyección internacional con cierta facilidad.
Brizzi afirma ser admirador de las comedias españolas, y eso, constituye un lastre para el espectador español que se acerque a esta película, puede llegar a salir con la sensación de haberla visto ya. Aun así, es una comedia bien sustentada en su guión, del mismo Brizzi, con la coautoría de Massimiliano Bruno y Marco Martani. Sin embargo, hay cuatro momentos muy logrados que, desde luego, justifican su visionado. Lástima el doblaje, que se hace insoportable (en Italia se ha estrenado sin doblar los diálogos en inglés y francés).
Brizzi puede recuperar el viejo arte de hacer comedia: parodiar lo cotidiano con diálogos redondos y ácidos. “Ex” está llena de ternura, hecha con mimo y cuidado.

Radio encubierta

Radio encubierta (The Boat That Rocked, 2009)

Director: Richard Curtis. Guión: Richard Curtis. Música: Varios. Fotografía: Danny Cohen. Reparto: Philip Seymour Hoffman, Bill Nighy, Kenneth Branagh, Emma Thompson, Rhys Ifans, Nick Frost, Gemma Artenton, January Jones, Jack Davenport, Tom Wisdom.
Estamos ante una película ambientada en Inglaterra, años 60. Es la historia de los locutores de una emisora de radio pirata. En 1966, en plena ebullición del pop inglés, las emisoras, como la BBC, emitían pocas horas de rock and roll a la semana. Ese vacío en las ondas se suplía con las emisoras de radio ilegales que emitían rock y pop todo el día. Estas emisoras llegaron a tener más audiencia que las oficiales, consiguiendo que casi la mitad de la población escuchara cada día a piratas. Encontramos en este film referentes a "Partes privadas" de Betty Thomas, la genial "Good Morning Vietnam" de Barry Levinson, y a la mítica “Días de Radio” de Woody Allen.
Carl (Tom Sturridge) ha sido expulsado del colegio, y su madre cree que su hijo pase una temporada con su padrino Quentin (Bill Nighy). Quentin es el jefe de una Radio Rock, una emisora instalada en el mar del Norte, formada por unos pinchadiscos algo peculiares y con gustos muy eclécticos. A la cabeza de estos personajes está “El Conde” (Philip Seymour Hoffman), un auténtico melómano del pop-rock, y considerado un semidios en los mundos radiofónicos. También se encuentran Dave (Nick Frost), otro locutor, con un sentido del humor algo cruel, Simon (Chris O´Dowd) un chico que busca el amor puro y Midnight Mark (Tom Wisdom) enigmático y apuesto.
La película es una obra coral, en la que todos los personajes comparten protagonismo y su nexo de unión es la música y su emisora de radio. Los personajes funcionan desde un guión bien elaborado, que ha dado importancia a las interpretaciones y a la relación entre personajes, sin buscar la típica comedia de situación, que se basa en lo disparatado. Richard Curtis (Love Actually, 2003), guionista y director de este film, de origen neozelandés, se aleja del tono romántico de sus anteriores trabajos, y aquí basa su creación en el valor de sus personajes: potentes, con garra, dispares y peculiares. Philip Seymour Hoffman, Kenneth Branagh y Nick Frost están en estado de gracia, aportando la gran experiencia que poseen en el género.
Sexo, drogas y rock and roll, además de nostalgia por los 60, en una comedia con ritmo irregular, pero que nos aporta emoción, amor y buen rollo. Por lo menos, no estamos ante otro remake, es original, aunque su única pega sea el excesivo metraje, sobrando 15 minutos: algunas escenas que no aportan nada, y ni siquiera son graciosas.
Sn duda, lo mejor de esta película es su banda sonora: rock and roll. Temas cásicos que hacen mover los pies en la butaca del cine.

martes, 21 de julio de 2009

Gamberrada Documentada


Brüno (2009)

Duración: 81 minutos. Director: Larry Charles. Guión: Sacha Baron Cohen, Anthony Hines, Dan Mazer. Música: Erran Baron Cohen. Fotografía: Anthony Hardwick, Wolfgang Held. Reparto: Sacha Baron Cohen, Alice Evans, Trishelle Cannatella, Sandra Seeling, Candice Cunningham, Ben Youcef, Emerson Brooks, Todd Christian Hunter, David Hill, Tom Yi, Amy Tiehel, Kea Könneker, Alexander von Roon.

Gamberrada documental.

Pocas veces encontramos en la cartelera una verdadera comedia, un producto que desencaje nuestras mandíbulas y nos haga reflexionar, todo a la vez. Brüno es un personaje creado por Sacha Baron Cohen, quien se diera a conocer por “Ali G”, una serie de televisión inglesa, que posteriormente saltó a la gran pantalla con el título de “Ali G anda suelto”. Con Borat, su primera creación documental, regaló una de las mejores comedias de los últimos tiempos, por su originalidad, así como por la reflexión que plantea a los espectadores. En esta ocasión, repite el planteamiento de falso documental, como hicieran Woody Allen en “Zelig” y Tim Robbins en “Ciudadano Bob Roberts” (1992), entre otras. Y por supuesto, citar un antecesor clásico en radio: “La guerra de los mundos” de Orson Welles.
Esta película presenta a Brüno, un reportero gay austriaco que llega a Estados Unidos de América con el propósito de hacerse famoso, revolucionar el mundo de la moda y toparse con lo más extraño de esa sociedad.
Sacha Baron Cohen, va más allá del método Stanislavski, vive el papel, fuera y dentro de la película, se sumerge en todos los aspectos de su personaje y hace creíble lo que nos muestra. Con Borat, ya consiguió el Globo de Oro al mejor actor de comedia en 2006, y con Brüno es muy posible que se repita ese premio.
Si superamos las escenas más fuertes, casi de cine porno, y no nos quedamos sólo con ello, podremos ver una crítica a la superficialidad del mundo de la moda, del espectáculo y de los homófobos, así como del ejército americano, la religión y hasta los terroristas de Al Qaeda. Cabe destacar la censura a las madres que venden a sus hijos para anuncios publicitarios. No sabemos bien cómo es posible, en tan poco metraje, repartir tanta crítica macarra, gamberra y sin concesiones.
La película dirigida por Larry Charles, que es un director acostumbrado a los documentales, así como a las series de televisión, (colaboró en la serie de 1966 “Batman”). Recientemente ha dirigido “Religulous” (“A Spiritual Journey”, 2008) un estudio de la situación actual de las creencias. El director plantea movimientos de cámara imposibles, un ritmo frenético y el uso de cámara oculta para sacar lo más disparatado de los extraños personajes que aparecen por la película.
Desde luego, debemos superar lo superficial, lo puramente cómico, para asimilar la crítica social, su inteligencia y mala saña.
La campaña de marketing ha intentado que el público acuda en masa a ver esta película, mostrando un tráiler que puede resultar engañoso, no es un puro divertimento, es algo más. Brüno es una película sólo para adultos, y que estén dispuestos a sentirse provocados.

jueves, 9 de julio de 2009

La última casa a la izquierda


“La última casa a la izquierda” (The Last House on the Left) 2009.

Director: Dennis Iliadis. Guión: Adam Alleca, Carl Ellsworth (Historia original: Wes Craven). Música: John Murphy. Fotografía: Sharone Meir. Reparto: Tony Goldwyn, Monica Potter, Garret Dillahunt, Sara Paxton, Rhys Coiro, Martha MacIsaac, Riki Lindhome, Aaron Paul, Spencer Treat Clark. Productora: Universal Pictures / Midnight Pictures.

Como ya viene siendo habitual, nos encontramos con una revisión de una producción de los años setenta. Wes Craven, director de la trilogía “Scream”, debutó con “La última casa a la izquierda”, convirtiéndose posteriormente en uno de los maestros del cine de terror adolescente. Craven hizo alarde de violencia gratuita y se aproximó a lo que luego se denominaría cine “gore”.

A pesar de ser un remake, una táctica muy socorrida en la industria del cine actual, no desmerece de la primera versión lo más mínimo, y aporta un tratamiento renovador en lo visual, así como una mejora de los aspectos técnicos, que en la original se realizó, casi, como una película “amateur”.

La acción se organiza en una simetría de violencia. Por un lado, la violencia, podemos decir, en estado salvaje, y por otro, la venganza, calculada, fría y casi científica.

Mary y Phylis planean celebrar el cumpleaños de una de ellas, acudiendo a un concierto de su grupo preferido. Antes de que lleguen a la ciudad, son raptadas por un trío de maníacos, que las violan y asesinan brutalmente, tan sólo a cien metros de la casa paterna.

Los agresores, abandonan los cuerpos y se dirigen a pedir alojamiento en casa de los padres de Mary. Estos, mediante indicios, irán tomando conciencia de los actos de violencia y brutalidad cometidos contra su hija y su amiga. Así comenzará a generarse un ardiente deseo de venganza.

Dennis Iliadis (“Hardcore”) ha sido una buena elección de Universal Pictures para dirigir la película, dado que aporta sofisticación, inéditos aspectos de montaje y un buen manejo de los espacios y ritmos. Iliadis ha cambiado de la original algunas escenas de excesiva violencia y crueldad para dotarla de mayor tensión y un ritmo más nervioso.

La excelente fotografía de Sharone Meir aporta una atmosfera agobiante y sucia que añade más carga dramática a la película. Sin olvidarnos de la mejora en esta versión del apartado musical, que ha sido elaborada por John Murphy, prestigioso compositor para anuncios televisivos.

Las interpretaciones son otro de los puntos fuertes de este film, desde Sara Paxton, fantástica en un cambio de registro considerable, hasta Monica Potter, pasando por un Garret Dillahunt haciendo de David Hess, mucho más sádico y violento que en la película de Craven.

Iliadis ha planteado un discurso sobre la oscura naturaleza de todo ser humano, y la venganza basada en el “ojo por ojo”. Deja a los espectadores la justificación o aprobación de la sangrienta reacción de los padres, dando libertad de uso a la ética de cada uno.

Finalmente, dejar claro que esta película es dura, cruel y sangrienta, destinada a quienes estén familiarizados con este género.


Obsesionada


Obsesionada (Obsessed) 2009.

Duración: 105 minutos.

Director: Steve Shill. Guión: David Loughery. Música: James Dooley. Fotografía: Ken Seng. Reparto: Beyoncé Knowles, Idris Elba, Ali Larter, Christine Lahti, Bruce McGill, Scout Taylor-Compton, Ron Roggé, Jerry O'Connell, Richard Ruccolo, Candice Cunningham, Meredith Roberts, Monica Ford, Janora McDuffie, Heather La Bella, Dana Cuomo, Matthew Humphreys, Paul Joyner.

Es inevitable, al hablar de esta película, hacer referencia a sus precedentes más notables, y por otra parte, más intensos y eficaces: “Acoso” (1994) de Barry Levinson, o “Atracción fatal” (1987) de Adrian Lyne, ambas interpretadas magníficamente por Michael Douglas.

En esta ocasión, se hace uso, y en parte abuso, de la típica trama en la que una mujer, Lisa (Ali Larter), siente una irresistible atracción hacia un hombre, Derek Charles (Idris Elba), felizmente casado con una atractiva esposa, Sharon Charles (Beyoncé Knowles).

La acción, que comienza con un clima tranquilo, a manera de preludio o puesta en escena, irá acelerándose progresivamente hasta alcanzar un alto nivel de intensidad, que hacia el final parece un tanto excesivo, ya que en el desenlace la espiral de violencia resulta sobrecargada con escenas que no aportan prácticamente nada.

Esta película tiene carácter de autopromoción en lo referente a la cantante Beyoncé Knwoles, que produce el film. No es la primera vez que se crea un producto cinematográfico destinado al lucimiento de una estrella del pop, como ya sucediera con Madonna o Jennifer López. Aunque, a favor de Beyoncé, apreciamos un buen potencial como actriz que, en esta ocasión, no ha sido utilizado en su totalidad.

En cuanto al actor Idris Elba, en el papel del marido, no resulta convincente, ni en los momentos de mayor carga dramática.

Sí resulta efectiva la interpretación de Ali Larter (“Destino Final”), en la que despliega toda su sensual estrategia, que parece comenzar como un juego inocente, para terminar en un estado de obsesión enfermiza, que la conducirá a realizar actos extremos, con tal de imponer su voluntad.

En cuanto a la dirección, ha sido realizada por Steve Shill, autor de series de televisión: “Roma” o “Brotherhood”. Este rasgo se aprecia en que ha sido dirigida con un enfoque puramente de entretenimiento, sin profundizar en aspectos de las diferentes personalidades del triángulo que sustenta la trama.

El guión desarrollado por David Loughery, quien también firmara “La última frontera” de la mítica saga de Star Trek, es correcto y bien construido, aunque simple en su planteamiento, pero desaprovechado en lo visual, circunstancia achacable al director.

En conclusión, es un thriller que, de puro tópico resulta muy previsible, final feliz incluido, concesión muy propia del estilo tradicional de Hollywood.

Todo ello se debe a la gran cantidad de películas que han recurrido a temáticas semejantes a ésta, pero no por ello deja de entretener y mostrar a una Beyoncé y Ali Larter que captarán sin duda la atención del público masculino.


miércoles, 17 de junio de 2009

Los mundos de Coraline


Los mundos de Coraline (Coraline). 2009


Duración: 101 minutos. Director: Henry Selick. Guión: Henry Selick . Música: Bruno Coulais, They Might Be Giants. Fotografía: Paul Gentry, Pete Kozachik.

“Los mundos de Coraline” utiliza la novela de Neil Gaiman, (Orquídea Negra"), escritor de novelas y cómics de ciencia ficción y terror. Con esa base, el director Henry Selick ha creado una película, de animación en 3-D y en alta definición, en la que se ve su madurez como director, y su gran experiencia en el mundo de la animación creando “aliens” y seres extraños para otros directores y productoras.

Recordemos que Selick es el creador de la obra maestra de nuestros tiempos, en lo que a animación se refiere: “Pesadilla antes de Navidad”. Film, que no hace mucho el propio director adaptó a 3-D.

Coraline es una niña que descubre un universo paralelo, una versión mejorada y más agradable de su propia vida, tras una puerta mágica, al traspasar los muros de su casa. Inicialmente, todo es perfecto: Sus padres más amables, un lugar sin inconvenientes, con alegría y felicidad perpetuas. Un contraste de la “mediocridad” de una vida normal, con la idealización de una mejor. Ese mundo paralelo es quizá más terrorífico que el real, dado que se convierte en sonrisas artificiales, deseos siempre cumplidos, y en una falsa realidad, algo que encontramos en la propia publicidad de nuestra sociedad consumista; nuestras vidas, y las que nos “venden”. Creemos que la metáfora que plantea puede recordar “Un mundo feliz” de Huxley, o incluso “1984” de Orwell, referentes que Selick ha confesado utilizar para crear sus universos.

Es una película sombría, oscura, áspera; pero fascinante, mágica y bella.

Selick aplica el stop-motion, una técnica de animación que se realiza fotografía a fotografía, moviendo en cada fotograma el objeto. Se le puede considerar, junto con Miyazaki (“El viaje de Chihiro”), uno de los grandes artesanos de la industria de la animación.

El guión adaptado por Selick, aunque en la producción encontramos al autor de la novela, se ha hecho al milímetro.

Un buen trabajo que refleja la esencia de Gaiman, con unos personajes bien construidos y definidos, así como un argumento muy bien trazado. Difiere bastante de las producciones de otras factorías, en las que la “ñoñería” y los argumentos insulsos son lo habitual.

La dirección artística y la fotografía, fenomenales.

Por ejemplo, las luces y sombras del mundo real de Coraline, y el contraste del colorido y luminosidad constante del mundo paralelo. La banda sonora abarca melodías melancólicas en contraste con otras más alegres y circenses, un gran trabajo de Coulais.

Esta película es sin dudarlo la mejor producción de lo que llevamos de temporada; se puede convertir en todo un clásico. Excepcional.

Avisamos que esta película no es para público infantil, aunque la estrategia de marketing se empeñe en lo contrario.

Película más propia de adolescentes y adultos, que disfrutarán de una “Alicia en el país de las maravillas” en el “lado oscuro”.

viernes, 12 de junio de 2009

Good

Good (Good) 2008.

Director: Vicente Amorim. Guión: John Wrathall. Música: Simon Lacey. Fotografía: Andrew Dunn. Reparto: Viggo Mortensen, Mark Strong, Jason Isaacs, Steven Mackintosh.

“Good”, película dirigida por el brasileño, aunque nacido en Austria, Vicente Amorim, que se dio a conocer por “Camino en la nubes”, se basa en la obra de teatro de C.P. Taylor que tuvo gran éxito en la década de los 80. La trama se sitúa en Alemania, años 30, donde un profesor vive al margen de los acontecimientos históricos: La subida al poder del partido nazi. El protagonista, John Halder (Viggo Mortensen) es un profesor de literatura que escribe un alegato sobre la eutanasia que despierta simpatías en el nacionalsocialismo. De esta manera, se va aproximando al partido, tanto que acabará colaborando con él a partir de decisiones, aparentemente intrascendentes. Es un personaje “bueno”, que acaba dejándose llevar, por miedo, comodidad o cobardía.

Encontramos que se ha desaprovechado una oportunidad en adaptar al cine la obra de teatro de Taylor, con una orientación más televisiva que cinematográfica. Mortensen, quien estuviera muy acertado en la trilogía de “El Señor de los anillos”, no deja de ser un actor para ese  tipo de películas, pero al intentar dar un salto a papeles dramáticos no nos produce la misma impresión, salvo quizá “Promesas del Este”, papel por el que fue nominado al Óscar. En esta ocasión, Mortensen no muestra signos de evolución, el personaje no cambia, sigue igual toda la película, aunque los acontecimientos tendrían que suponer una transformación. Por otra parte, no se deja claro el posicionamiento ideológico del personaje, algo que se intuye, pero no se manifiesta claramente.

En el reparto hay un secundario de lujo, Jason Isaacs (saga de Harry Potter), que realiza una gran labor, desde luego, mucho mejor que la del protagonista. También, siguiendo con el resto, está Mark Strong (“Oliver Twist” de Polanski), que hace su papel con entrega y brillando por encima de otros.

En la dirección, Amorim, no ha dosificado sus recursos. En la primera mitad del film, todo fluye: El drama, la intensidad y la fuerza visual de algunas escenas. Pero en su segunda mitad se van diluyendo todas esas virtudes iniciales. Las relaciones entre los personajes no llegan con la suficiente fuerza al espectador. Salta de la relación con su amigo judío, al retrato de una familia desestructurada, pasando por las contradicciones de su colaboración con el régimen o la relación del protagonista con su alumna.

Esta película intenta plantear por qué personas anónimas propiciaron con sus insignificantes aportaciones el encumbramiento de unas ideas políticas.

Si se hubiera recorrido este camino, tendríamos delante una gran obra cinematográfica, y no el intento fallido en que se ha quedado. Aunque no es una película para formar parte de nuestra colección personal, puede dar mucho juego para reflexionar y debatir a la salida del cine.

viernes, 5 de junio de 2009

La reina Victoria


La reina Victoria (The Young Victoria). 2009

Director: Jean-Marc Vallée. Guión: Julian Fellowes. Música: Ilan Eshkeri. Fotografía: Hagen Bogdanski. Reparto: Emily Blunt, Rupert Friend, Paul Bettany, Miranda Richardson, Jim Broadbent, Mark Strong.

En 1954, se estrenaba una película que alcanzó una gran popularidad en todo el mundo, y, sobre todo, en España. Se trata de “Los jóvenes años de una reina” dirigida por Ernst Marischka quien también elaboró su guión. Protagonizada por la bellísima Romy Schneider, la cual estaba ya en la cumbre de su esplendor físico y cinematográfico. Cincuenta y cinco años más tarde Jean-Marc Vallée (“C.R.A.Z.Y.”) presenta “La reina Victoria”, que no podemos considerar un “remake”, porque su tratamiento (guión, ambientación, fotografía…) es una visión propia del cine de nuestros días, autónoma en su totalidad. Esta película, trata, porque la historia no cambia, de la adolescencia y juventud de una mujer excepcional que llenó una época del Reino Unido, desde su ascensión al trono a la edad de 18, años hasta su muerte, acaecida el 22 de enero de 1901. Permaneció en el trono más tiempo que ningún otro soberano en Europa.
Este film mantiene un tono brillante y romántico, que en ocasiones alcanza matices de cuento de hadas.
Emily Blunt desarrolla un difícil y magnífico papel a las órdenes de Vallée, al tener que mostrar las diferentes facetas de Victoria I de Inglaterra, apareciendo como una casi niña heredera del trono, sometida a la autoridad de su madre y del consejero y administrador de ésta, de quienes se liberará en el mismo momento en que es proclamada y coronada. En otro aspecto tendrá que sortear obstáculos, imposiciones y un férreo protocolo para realizarse no solamente como reina, sino, sobre todo, como mujer. Pese a las presiones ejercidas, tanto por los políticos que la asisten y aconsejan, como por el propio pueblo de Inglaterra, Victoria toma la decisión de contraer matrimonio con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo cuyo papel asume Rupert Friend con gran soltura, y sin restar protagonismo a Emily Blunt.
La película es un buen ejercicio de ambientación, un estupendo vestuario y un alarde de estética y artística fotografía al más puro estilo clásico de hacer cine. Quizá avanza con lentitud y se detiene en lo romántico, omitiendo cuestiones más profundas asociadas a la política de la época y al imperialismo como eje de una sociedad llena de contrastes, pobreza en las calles y opulencia en los palacios. Sin embargo, muestra a la joven Victoria como una reina consciente de ese estado calamitoso en que se halla su pueblo, e impondrá su firme y decidida voluntad de mejorar esa situación.
Hacemos especial atención a unos secundarios de lujo: Paul Bettany, Mark Strong y Miranda Richardson que acompañan a Blunt y Friend.
Una buena película que, injustamente, pueda pasar un tanto inadvertida, y, sin embargo, constituye un claro ejemplo de lo que debe ser el buen hacer cinematográfico.