jueves, 12 de noviembre de 2009

El imaginario del Doctor Parnassus


Caos fascinante.

El imaginario del Doctor Parnassus (The Imaginarium of Doctor Parnassus, 2009)
Duración: 122 min. Director: Terry Gilliam. Guión: Terry Gilliam, Charles McKeown. Música: Jeff Danna, Mychael Danna. Fotografía: Nicola Pecorini. Reparto: Christopher Plummer, Heath Ledger, Tom Waits, Lily Cole, Andrew Garfield, Verne Troyer, Mark Benton, Johnny Depp, Jude Law, Colin Farrell, Peter Stormare.

La película nos presenta una compañía teatral, dirigida por el milenario Doctor Parnassus. Sus más de mil años son fruto de un pacto con el Diablo. Pero todo tiene un precio: la hija de 16 años del Doctor. Personajes extraños, ente los que se incluye un ilusionista llamado Anton, un enano, Percy, y un misterioso forastero: Tony. Todos ellos comenzarán un viaje para rescatar a la joven muchacha. Y la presencia de un espejo mágico que transporta a mundos fantásticos, paralelos.

"El imaginario del Doctor Parnassus" es un proyecto de Terry Gilliam, conocido por ser miembro (actor/director) de los Monthy Pyton ("El sentido de la vida", 1983).
Al separarse este memorabe grupo, Gilliam comienza su propio camino, su universo particular y, a veces, ininteligible: "12 monos" (1995) y "Brazil" (1985).

Este proyecto viene marcado por la muerte de su actor principal, Heath Ledger en 2008, durante el rodaje. La mente de Gilliam, clonó a Ledger, con cuatro rostros para un mismo personaje. Los cambios quedan perfectamente justificados desde el punto de vista argumental, y dentro del caos, que siempre aporta el director.

El difunto Ledger ("The Dark Knight", 2008) hace un papel grandioso, más allá del papel "oscarizado" de Joker. Depp está más acertado como sustituto de Ledger. Acostumbrado a esta clase de papeles ("El secreto de los hermanos Grimm", T. Gilliam, 2005). Colin Farrel, no tanto. Y Jude Law sobra del reparto, y su doblador al castellano, también. Un gran papel para Christopher Plummer, encarnando al Dr. Parnassus: Decadente y humano. Un diablo único e irrepetible: Tom Waits, en un papel a medida, y presencia obligada en las películas de Gilliam.

El guión, como siempre, caótico, un argumento que nadie comprende, pero que se revela fascinante e impredecible. En ocasiones, algo barroca, abrumadora, un tono sombrío invade la historia. Evoca el ambiente de la mencionada "Brazil".
Los elementos fantásticos fluyen desde el espejo, un deleite visual, personajes carnavalescos y situaciones paranormales. Unas deliciosas escenas para disfrutar y recordar. Una fábula adulta, con mucho encanto.

Película muy recomendable, tanto para los seguidores de Gilliam, como para aquellos que no conocen su universo, su poderoso sentido visual, el exceso de imágenes, la incomprensión de lo que ocurre en la pantalla, y las interrogantes que plantea.