jueves, 15 de octubre de 2009

Ágora


Ágora. 2009

Duración: 126 min. Director: Alejandro Amenábar. Guión: Alejandro Amenábar y Mateo Gil. Música: Dario Marianelli. Fotografía: Xavi Jiménez. Reparto: Rachel Weisz, Max Minghella, Ashraf Barhom, Oscar Isaac, Michael Lonsdale, Rupert Evans, Homayoun Ershadi, Richard Durden, Sami Samir, Manuel Cauchi, Homayoun Ershadi.

En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. Su ciudad más emblemática: Alejandría, último reducto de un mundo en crisis, confuso y violento. En el año 391, las revueltas callejeras alcanzaron una de sus instituciones más legendarias: “La Biblioteca”. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia, filósofa, lucha por salvar la sabiduría del mundo antiguo, sin percibir que su joven esclavo, Davo, se debate entre el amor que le profesa, en secreto, y la libertad que podría alcanzar uniéndose al imparable ascenso del Cristianismo.

El director Alejandro Amenábar, conocido por sus anteriores proyectos: “Tesis”, “Los otros” y la premiada “Mar adentro”, cambia de registro en sus películas, no se estanca en una temática ni género. Ahora, toca lo histórico o épico. Estamos ante un fenómeno, Hypatia, que aprovechan multitud de directores de cine, escritores y editores de revistas: Desde el libro de Magdalena Lasala, "La conspiración piscis", pasando por el ensayo de Clelia Martínez Mazo. Sin embargo, la película ha sido el germen para todas estas creaciones literarias, ya que hace un par de años, no creemos que nadie se hubiera planteado escribir sobre este personaje.

Esta producción es una de las más costosas de la historia del cine europeo, aunque su coste se ha mantenido en secreto, ronda los 50 millones de euros: Altos medios técnicos, una dirección cuidada, un montaje exhaustivo, un exceso, en ocasiones, de banda sonora, buen vestuario y un reparto de estrellas. Lástima que los decorados no estén a la altura.

“Ágora” tiene una gran ventaja: Una historia universal. Eso, posibilita llegar a más público y surcar los cines de todo el mundo. Apreciamos mucho que se nos cuente una historia, más allá de nuestro barrio, de nuestra realidad social, de la vecina del 6º, o del bar de la esquina. Sin embargo, creemos que Amenábar ha querido mostrar un film demasiado grandioso, y se le ha ido un poco de las manos, no manteniendo el ritmo narrativo, existiendo bajones y poca acción, falta de tensión. Además no profundiza en lo social, ni en un posible alegato feminista, y poca crítica a la intolerancia religiosa.

Rachel Weisz (“El jardinero fiel”), Hypatia, un gran acierto en el reparto, una de sus miradas nos transmite mucho más que cualquier diálogo. Sobresale por encima del resto de compañeros del film; se alza maravillosamente. Acompañan a Weisz, el británico Max Minghella (Davo), y el guatemalteco Oscar Isaac (Orestes). Ambos correctos, pero no despuntan en sus actuaciones, suponemos, eclipsados por la protagonista.

En general, es una buena película. Además, nos facilita comprobar que el fanatismo de destructores de conocimiento perdura hasta nuestros días. Una historia del pasado que nos enseña que el mundo no ha cambiado tanto.