La reina Victoria (The Young Victoria). 2009
Director: Jean-Marc Vallée. Guión: Julian Fellowes. Música: Ilan Eshkeri. Fotografía: Hagen Bogdanski. Reparto: Emily Blunt, Rupert Friend, Paul Bettany, Miranda Richardson, Jim Broadbent, Mark Strong.
En 1954, se estrenaba una película que alcanzó una gran popularidad en todo el mundo, y, sobre todo, en España. Se trata de “Los jóvenes años de una reina” dirigida por Ernst Marischka quien también elaboró su guión. Protagonizada por la bellísima Romy Schneider, la cual estaba ya en la cumbre de su esplendor físico y cinematográfico. Cincuenta y cinco años más tarde Jean-Marc Vallée (“C.R.A.Z.Y.”) presenta “La reina Victoria”, que no podemos considerar un “remake”, porque su tratamiento (guión, ambientación, fotografía…) es una visión propia del cine de nuestros días, autónoma en su totalidad. Esta película, trata, porque la historia no cambia, de la adolescencia y juventud de una mujer excepcional que llenó una época del Reino Unido, desde su ascensión al trono a la edad de 18, años hasta su muerte, acaecida el 22 de enero de 1901. Permaneció en el trono más tiempo que ningún otro soberano en Europa.
Este film mantiene un tono brillante y romántico, que en ocasiones alcanza matices de cuento de hadas.
Emily Blunt desarrolla un difícil y magnífico papel a las órdenes de Vallée, al tener que mostrar las diferentes facetas de Victoria I de Inglaterra, apareciendo como una casi niña heredera del trono, sometida a la autoridad de su madre y del consejero y administrador de ésta, de quienes se liberará en el mismo momento en que es proclamada y coronada. En otro aspecto tendrá que sortear obstáculos, imposiciones y un férreo protocolo para realizarse no solamente como reina, sino, sobre todo, como mujer. Pese a las presiones ejercidas, tanto por los políticos que la asisten y aconsejan, como por el propio pueblo de Inglaterra, Victoria toma la decisión de contraer matrimonio con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo cuyo papel asume Rupert Friend con gran soltura, y sin restar protagonismo a Emily Blunt.
La película es un buen ejercicio de ambientación, un estupendo vestuario y un alarde de estética y artística fotografía al más puro estilo clásico de hacer cine. Quizá avanza con lentitud y se detiene en lo romántico, omitiendo cuestiones más profundas asociadas a la política de la época y al imperialismo como eje de una sociedad llena de contrastes, pobreza en las calles y opulencia en los palacios. Sin embargo, muestra a la joven Victoria como una reina consciente de ese estado calamitoso en que se halla su pueblo, e impondrá su firme y decidida voluntad de mejorar esa situación.
Hacemos especial atención a unos secundarios de lujo: Paul Bettany, Mark Strong y Miranda Richardson que acompañan a Blunt y Friend.
Una buena película que, injustamente, pueda pasar un tanto inadvertida, y, sin embargo, constituye un claro ejemplo de lo que debe ser el buen hacer cinematográfico.