Los mundos de Coraline (Coraline). 2009
Duración: 101 minutos. Director: Henry Selick. Guión: Henry Selick . Música: Bruno Coulais, They Might Be Giants. Fotografía: Paul Gentry, Pete Kozachik.
“Los mundos de Coraline” utiliza la novela de Neil Gaiman, (Orquídea Negra"), escritor de novelas y cómics de ciencia ficción y terror. Con esa base, el director Henry Selick ha creado una película, de animación en 3-D y en alta definición, en la que se ve su madurez como director, y su gran experiencia en el mundo de la animación creando “aliens” y seres extraños para otros directores y productoras.
Recordemos que Selick es el creador de la obra maestra de nuestros tiempos, en lo que a animación se refiere: “Pesadilla antes de Navidad”. Film, que no hace mucho el propio director adaptó a 3-D.
Coraline es una niña que descubre un universo paralelo, una versión mejorada y más agradable de su propia vida, tras una puerta mágica, al traspasar los muros de su casa. Inicialmente, todo es perfecto: Sus padres más amables, un lugar sin inconvenientes, con alegría y felicidad perpetuas. Un contraste de la “mediocridad” de una vida normal, con la idealización de una mejor. Ese mundo paralelo es quizá más terrorífico que el real, dado que se convierte en sonrisas artificiales, deseos siempre cumplidos, y en una falsa realidad, algo que encontramos en la propia publicidad de nuestra sociedad consumista; nuestras vidas, y las que nos “venden”. Creemos que la metáfora que plantea puede recordar “Un mundo feliz” de Huxley, o incluso “1984” de Orwell, referentes que Selick ha confesado utilizar para crear sus universos.
Es una película sombría, oscura, áspera; pero fascinante, mágica y bella.
Selick aplica el stop-motion, una técnica de animación que se realiza fotografía a fotografía, moviendo en cada fotograma el objeto. Se le puede considerar, junto con Miyazaki (“El viaje de Chihiro”), uno de los grandes artesanos de la industria de la animación.
El guión adaptado por Selick, aunque en la producción encontramos al autor de la novela, se ha hecho al milímetro.
Un buen trabajo que refleja la esencia de Gaiman, con unos personajes bien construidos y definidos, así como un argumento muy bien trazado. Difiere bastante de las producciones de otras factorías, en las que la “ñoñería” y los argumentos insulsos son lo habitual.
La dirección artística y la fotografía, fenomenales.
Por ejemplo, las luces y sombras del mundo real de Coraline, y el contraste del colorido y luminosidad constante del mundo paralelo. La banda sonora abarca melodías melancólicas en contraste con otras más alegres y circenses, un gran trabajo de Coulais.
Esta película es sin dudarlo la mejor producción de lo que llevamos de temporada; se puede convertir en todo un clásico. Excepcional.
Avisamos que esta película no es para público infantil, aunque la estrategia de marketing se empeñe en lo contrario.
Película más propia de adolescentes y adultos, que disfrutarán de una “Alicia en el país de las maravillas” en el “lado oscuro”.