miércoles, 17 de junio de 2009

Los mundos de Coraline


Los mundos de Coraline (Coraline). 2009


Duración: 101 minutos. Director: Henry Selick. Guión: Henry Selick . Música: Bruno Coulais, They Might Be Giants. Fotografía: Paul Gentry, Pete Kozachik.

“Los mundos de Coraline” utiliza la novela de Neil Gaiman, (Orquídea Negra"), escritor de novelas y cómics de ciencia ficción y terror. Con esa base, el director Henry Selick ha creado una película, de animación en 3-D y en alta definición, en la que se ve su madurez como director, y su gran experiencia en el mundo de la animación creando “aliens” y seres extraños para otros directores y productoras.

Recordemos que Selick es el creador de la obra maestra de nuestros tiempos, en lo que a animación se refiere: “Pesadilla antes de Navidad”. Film, que no hace mucho el propio director adaptó a 3-D.

Coraline es una niña que descubre un universo paralelo, una versión mejorada y más agradable de su propia vida, tras una puerta mágica, al traspasar los muros de su casa. Inicialmente, todo es perfecto: Sus padres más amables, un lugar sin inconvenientes, con alegría y felicidad perpetuas. Un contraste de la “mediocridad” de una vida normal, con la idealización de una mejor. Ese mundo paralelo es quizá más terrorífico que el real, dado que se convierte en sonrisas artificiales, deseos siempre cumplidos, y en una falsa realidad, algo que encontramos en la propia publicidad de nuestra sociedad consumista; nuestras vidas, y las que nos “venden”. Creemos que la metáfora que plantea puede recordar “Un mundo feliz” de Huxley, o incluso “1984” de Orwell, referentes que Selick ha confesado utilizar para crear sus universos.

Es una película sombría, oscura, áspera; pero fascinante, mágica y bella.

Selick aplica el stop-motion, una técnica de animación que se realiza fotografía a fotografía, moviendo en cada fotograma el objeto. Se le puede considerar, junto con Miyazaki (“El viaje de Chihiro”), uno de los grandes artesanos de la industria de la animación.

El guión adaptado por Selick, aunque en la producción encontramos al autor de la novela, se ha hecho al milímetro.

Un buen trabajo que refleja la esencia de Gaiman, con unos personajes bien construidos y definidos, así como un argumento muy bien trazado. Difiere bastante de las producciones de otras factorías, en las que la “ñoñería” y los argumentos insulsos son lo habitual.

La dirección artística y la fotografía, fenomenales.

Por ejemplo, las luces y sombras del mundo real de Coraline, y el contraste del colorido y luminosidad constante del mundo paralelo. La banda sonora abarca melodías melancólicas en contraste con otras más alegres y circenses, un gran trabajo de Coulais.

Esta película es sin dudarlo la mejor producción de lo que llevamos de temporada; se puede convertir en todo un clásico. Excepcional.

Avisamos que esta película no es para público infantil, aunque la estrategia de marketing se empeñe en lo contrario.

Película más propia de adolescentes y adultos, que disfrutarán de una “Alicia en el país de las maravillas” en el “lado oscuro”.

viernes, 12 de junio de 2009

Good

Good (Good) 2008.

Director: Vicente Amorim. Guión: John Wrathall. Música: Simon Lacey. Fotografía: Andrew Dunn. Reparto: Viggo Mortensen, Mark Strong, Jason Isaacs, Steven Mackintosh.

“Good”, película dirigida por el brasileño, aunque nacido en Austria, Vicente Amorim, que se dio a conocer por “Camino en la nubes”, se basa en la obra de teatro de C.P. Taylor que tuvo gran éxito en la década de los 80. La trama se sitúa en Alemania, años 30, donde un profesor vive al margen de los acontecimientos históricos: La subida al poder del partido nazi. El protagonista, John Halder (Viggo Mortensen) es un profesor de literatura que escribe un alegato sobre la eutanasia que despierta simpatías en el nacionalsocialismo. De esta manera, se va aproximando al partido, tanto que acabará colaborando con él a partir de decisiones, aparentemente intrascendentes. Es un personaje “bueno”, que acaba dejándose llevar, por miedo, comodidad o cobardía.

Encontramos que se ha desaprovechado una oportunidad en adaptar al cine la obra de teatro de Taylor, con una orientación más televisiva que cinematográfica. Mortensen, quien estuviera muy acertado en la trilogía de “El Señor de los anillos”, no deja de ser un actor para ese  tipo de películas, pero al intentar dar un salto a papeles dramáticos no nos produce la misma impresión, salvo quizá “Promesas del Este”, papel por el que fue nominado al Óscar. En esta ocasión, Mortensen no muestra signos de evolución, el personaje no cambia, sigue igual toda la película, aunque los acontecimientos tendrían que suponer una transformación. Por otra parte, no se deja claro el posicionamiento ideológico del personaje, algo que se intuye, pero no se manifiesta claramente.

En el reparto hay un secundario de lujo, Jason Isaacs (saga de Harry Potter), que realiza una gran labor, desde luego, mucho mejor que la del protagonista. También, siguiendo con el resto, está Mark Strong (“Oliver Twist” de Polanski), que hace su papel con entrega y brillando por encima de otros.

En la dirección, Amorim, no ha dosificado sus recursos. En la primera mitad del film, todo fluye: El drama, la intensidad y la fuerza visual de algunas escenas. Pero en su segunda mitad se van diluyendo todas esas virtudes iniciales. Las relaciones entre los personajes no llegan con la suficiente fuerza al espectador. Salta de la relación con su amigo judío, al retrato de una familia desestructurada, pasando por las contradicciones de su colaboración con el régimen o la relación del protagonista con su alumna.

Esta película intenta plantear por qué personas anónimas propiciaron con sus insignificantes aportaciones el encumbramiento de unas ideas políticas.

Si se hubiera recorrido este camino, tendríamos delante una gran obra cinematográfica, y no el intento fallido en que se ha quedado. Aunque no es una película para formar parte de nuestra colección personal, puede dar mucho juego para reflexionar y debatir a la salida del cine.

viernes, 5 de junio de 2009

La reina Victoria


La reina Victoria (The Young Victoria). 2009

Director: Jean-Marc Vallée. Guión: Julian Fellowes. Música: Ilan Eshkeri. Fotografía: Hagen Bogdanski. Reparto: Emily Blunt, Rupert Friend, Paul Bettany, Miranda Richardson, Jim Broadbent, Mark Strong.

En 1954, se estrenaba una película que alcanzó una gran popularidad en todo el mundo, y, sobre todo, en España. Se trata de “Los jóvenes años de una reina” dirigida por Ernst Marischka quien también elaboró su guión. Protagonizada por la bellísima Romy Schneider, la cual estaba ya en la cumbre de su esplendor físico y cinematográfico. Cincuenta y cinco años más tarde Jean-Marc Vallée (“C.R.A.Z.Y.”) presenta “La reina Victoria”, que no podemos considerar un “remake”, porque su tratamiento (guión, ambientación, fotografía…) es una visión propia del cine de nuestros días, autónoma en su totalidad. Esta película, trata, porque la historia no cambia, de la adolescencia y juventud de una mujer excepcional que llenó una época del Reino Unido, desde su ascensión al trono a la edad de 18, años hasta su muerte, acaecida el 22 de enero de 1901. Permaneció en el trono más tiempo que ningún otro soberano en Europa.
Este film mantiene un tono brillante y romántico, que en ocasiones alcanza matices de cuento de hadas.
Emily Blunt desarrolla un difícil y magnífico papel a las órdenes de Vallée, al tener que mostrar las diferentes facetas de Victoria I de Inglaterra, apareciendo como una casi niña heredera del trono, sometida a la autoridad de su madre y del consejero y administrador de ésta, de quienes se liberará en el mismo momento en que es proclamada y coronada. En otro aspecto tendrá que sortear obstáculos, imposiciones y un férreo protocolo para realizarse no solamente como reina, sino, sobre todo, como mujer. Pese a las presiones ejercidas, tanto por los políticos que la asisten y aconsejan, como por el propio pueblo de Inglaterra, Victoria toma la decisión de contraer matrimonio con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo cuyo papel asume Rupert Friend con gran soltura, y sin restar protagonismo a Emily Blunt.
La película es un buen ejercicio de ambientación, un estupendo vestuario y un alarde de estética y artística fotografía al más puro estilo clásico de hacer cine. Quizá avanza con lentitud y se detiene en lo romántico, omitiendo cuestiones más profundas asociadas a la política de la época y al imperialismo como eje de una sociedad llena de contrastes, pobreza en las calles y opulencia en los palacios. Sin embargo, muestra a la joven Victoria como una reina consciente de ese estado calamitoso en que se halla su pueblo, e impondrá su firme y decidida voluntad de mejorar esa situación.
Hacemos especial atención a unos secundarios de lujo: Paul Bettany, Mark Strong y Miranda Richardson que acompañan a Blunt y Friend.
Una buena película que, injustamente, pueda pasar un tanto inadvertida, y, sin embargo, constituye un claro ejemplo de lo que debe ser el buen hacer cinematográfico.