jueves, 30 de agosto de 2012

El legado de Bourne

El legado de Bourne (The Bourne Legacy, 2012)

Duración: 135 min. Director: Tony Gilroy. Guión: Tony Gilroy, Dan Gilroy. Música: James Newton Howard. Fotografía: Robert Elswit. Reparto: Jeremy Renner, Rachel Weisz, Edward Norton, Joan Allen, Albert Finney, Oscar Isaac, Scott Glenn, Stacy Keach, Corey Stoll.

Con Jason Bourne en mente, y como punto de partida, Aaron Cross, es uno de los seis agentes secretos creados por el programa Outcome, del Departamento de Defensa. Otro programa de creación de asesinos. Sus agentes, no sólo han sido diseñados para asesinar, sino para funcionar en solitario, en misiones altamente arriesgadas. Con un alto control químico de sus emociones, comportamiento y aptitudes sensoriales. Sin embargo, el programa Outcome, se convierte en un peligro, cuando la historia de Jason Bourne pasa al dominio público. Las instancias superiores, eliminarán todos los restos del proyecto. Aaron Cross, se convertirá en otro Bourne, perseguido por aquellos que lo crearon.

Vuelta de tuerca a la saga Bourne. Concluido el personaje de Jason Bourne, creíamos que no podría existir continuación, o posibilidad de alargar la propuesta inicial. Pero, el guionista y director Tony Gilroy, amplía  y abre nuevas posibilidades, basándolo todo en el universo interminable del escritor Robert Ludlum. Dirección al uso, con alocados movimientos de cámara, tan de moda en el cine actual.

Este film, podría existir por sí mismo, sin la necesidad de la “coletilla” Bourne. Pero, al incorporarla al título, quizá le da mayor entidad, o una explicación previa, no del todo necesaria, para situar al espectador en su contexto.

Siempre que visionamos cualquier película de esta saga, nos invade el miedo. Miedo a ver cómo un país, un gobierno..., está por encima del bien y del mal. Pudiendo justificar cualquier situación, en pro de una supuesta seguridad nacional. Queda la sensación de que no tenemos ni idea de lo que las agencias de seguridad realizan con nuestro dinero. Absoluta libertad para mentir, encubrir, engañar..., y crear falsas alertas, sólo para llevar a cabo sus acciones: Asesinar a periodistas, activistas..., o a su propia gente.

La verdad, es que no echamos de menos a Matt Damon. Como protagonista, Jeremy Renner resulta soberbio, con indudables rasgos de buen actor, en una película de acción incontrolada, donde no es requisito aportar matices interpretativos. Pero, Renner, reviste de un aire, no tan frío, al personaje. Con momentos en los que cuestiona absolutamente todo. Así, los remordimientos atormentan su existencia. Rachel Weisz, aporta la parte femenina, necesaria, como contrapunto, sin más elogios posibles. Edward Norton, pasable, en un papel que ya hemos visto en otros films.

Un película, que,  comparada con la trilogía Bourne, puede parecer menor, aunque posee características propias muy interesantes. Una buena relación narración/ritmo, con instantes que recuerdan a las mejores escenas de “Terminator 2”, o cualquier prodcción de la saga Bond. Dos horas de imágenes inteligentes, sin ninguna posibilidad de aburrimiento ni de relajación. Incluso en los momentos de transición, se puede palpar la tensión existente.