Política y cine
Nadie, o casi nadie, está al margen de las elecciones generales, que se acometerán el 20 de noviembre. Por ello, y para dar muestra de que el cine también ha abordado esta temática, aprovechamos esta crónica para resaltar algunas películas sobre elecciones y política.
Por supuesto, habría que comenzar por “Ciudadano Kane”, pero esta película, ya la retomamos recientemente, y no necesita comentario. Sin embargo, es de obligada mención “El joven Lincoln”, (John Ford, 1939, con Henry Fonda y Alice Brady), mostrando sus humildes principios como abogado, hasta convertirse en el presidente por antonomasia de la Casa Blanca.
Michael Ritchie, dirigió una brillante película, “El candidato”, de 1972, con Robert Redford y Peter Boyle, en la que un candidato, un joven abogado idealista, se presenta al Senado de los EE.UU, por el estado de California, sabiendo que no tiene ninguna oportunidad, y, por ello, puede decir lo que piensa con total libertad, mientras aprende el oficio de político.
Sorprendente es “El estado de la unión”, (1948), del maravilloso Frank Capra. Con un sensacional Spencer Tracy, interpretando a un magnate, candidato a presidente, sabiendo que, su tarea implica también tener resuelta su vida privada. Separado de su mujer, (Katherine Hepburn), deberá rescatarla, para poder tener opción de victoria, y ella hacer el papel de abnegada esposa.
En esta misma línea, “El presidente y Miss Wade”, (Rob Reiner, 1995), es un film dulce y sensible. Muestra a un presidente viudo, que necesita, para que “la foto”, y su popularidad aumenten, de una figura femenina a su lado.
El actor, y director Tim Robbins, en “Ciudadano Bob Roberts”, (1992), de tono realista y documental, nos acerca a un cantante de folk, candidato al Senado, con intenciones oscuras. Será desenmascarado por un periodista, que descubre el verdadero programa político del cantante.
De las más ácidas y mordaces, encontramos “La cortina de humo”, de Barry Levinson, con guión de David Mamet. Protagonizada por De Niro y Dustin Hoffman, narra la historia de un presidente que decide inventarse una guerra, en un remoto país, para hacer un llamamiento al patriotismo, y tapar un escándalo de su gabinete. Esta producción, desvela el poder de los medios de comunicación para modificar la opinión pública, mediante la manipulación, la extorsión y el desvío de noticias.
El cine español, también ha tratado las elecciones, la política, como tema central de algunas producciones. Desde “El diputado”, (Eloy de la Iglesia, 1978), de pésima calidad, mal dirigida, peor guión, y mejor no hablar de las actuaciones… Pero que sirve, como casi documental, o estudio sociológico de una época, la transición. Un candidato homosexual, se ve acosado y chantajeado, para que renuncie su cargo.
Por supuesto, “El disputado voto del Sr. Cayo”, de Antonio Giménez-Rico, (1986), basada en una obra de Miguel Delibes, en la que un joven candidato, tras visitar “la España profunda”, coincide con el Sr. Cayo, quien, con su sabiduría popular, le enseñará la realidad del medio rural. Esta película, destila atmosfera de transición, y muestra cómo los políticos de entonces, eran capaces de rodar por esas carreteras, hasta los más recónditos lugares, para ir sumando voto tras voto.
Son muchas las muestras que el cine ha realizado en relación a la política y las elecciones, y sería imposible abordarlas todas. Incluso aquellas referencias que existen en la ficción científica, “La guerra de las galaxias”, (George Lucas, 1977), “El Imperio contrataca”, (Irvin Kershner, 1980), o “Amanece que no es poco”, (José Luis Cuerda, 1988), que, desde el humor, también reflejan la democracia, aunque de forma muy particular… En este caso, se hace votación hasta para la persona que ejercerá la prostitución o la promiscuidad…
Pero, en todas ellas, observamos un denominador común: Argucias, trampas, descréditos hacia el rival, destape de escándalos, manipulación…, enseñando que no han pasado de moda, y siguen vigentes las mismas estrategias, a día de hoy.
Nadie, o casi nadie, está al margen de las elecciones generales, que se acometerán el 20 de noviembre. Por ello, y para dar muestra de que el cine también ha abordado esta temática, aprovechamos esta crónica para resaltar algunas películas sobre elecciones y política.
Por supuesto, habría que comenzar por “Ciudadano Kane”, pero esta película, ya la retomamos recientemente, y no necesita comentario. Sin embargo, es de obligada mención “El joven Lincoln”, (John Ford, 1939, con Henry Fonda y Alice Brady), mostrando sus humildes principios como abogado, hasta convertirse en el presidente por antonomasia de la Casa Blanca.
Michael Ritchie, dirigió una brillante película, “El candidato”, de 1972, con Robert Redford y Peter Boyle, en la que un candidato, un joven abogado idealista, se presenta al Senado de los EE.UU, por el estado de California, sabiendo que no tiene ninguna oportunidad, y, por ello, puede decir lo que piensa con total libertad, mientras aprende el oficio de político.
Sorprendente es “El estado de la unión”, (1948), del maravilloso Frank Capra. Con un sensacional Spencer Tracy, interpretando a un magnate, candidato a presidente, sabiendo que, su tarea implica también tener resuelta su vida privada. Separado de su mujer, (Katherine Hepburn), deberá rescatarla, para poder tener opción de victoria, y ella hacer el papel de abnegada esposa.
En esta misma línea, “El presidente y Miss Wade”, (Rob Reiner, 1995), es un film dulce y sensible. Muestra a un presidente viudo, que necesita, para que “la foto”, y su popularidad aumenten, de una figura femenina a su lado.
El actor, y director Tim Robbins, en “Ciudadano Bob Roberts”, (1992), de tono realista y documental, nos acerca a un cantante de folk, candidato al Senado, con intenciones oscuras. Será desenmascarado por un periodista, que descubre el verdadero programa político del cantante.
De las más ácidas y mordaces, encontramos “La cortina de humo”, de Barry Levinson, con guión de David Mamet. Protagonizada por De Niro y Dustin Hoffman, narra la historia de un presidente que decide inventarse una guerra, en un remoto país, para hacer un llamamiento al patriotismo, y tapar un escándalo de su gabinete. Esta producción, desvela el poder de los medios de comunicación para modificar la opinión pública, mediante la manipulación, la extorsión y el desvío de noticias.
El cine español, también ha tratado las elecciones, la política, como tema central de algunas producciones. Desde “El diputado”, (Eloy de la Iglesia, 1978), de pésima calidad, mal dirigida, peor guión, y mejor no hablar de las actuaciones… Pero que sirve, como casi documental, o estudio sociológico de una época, la transición. Un candidato homosexual, se ve acosado y chantajeado, para que renuncie su cargo.
Por supuesto, “El disputado voto del Sr. Cayo”, de Antonio Giménez-Rico, (1986), basada en una obra de Miguel Delibes, en la que un joven candidato, tras visitar “la España profunda”, coincide con el Sr. Cayo, quien, con su sabiduría popular, le enseñará la realidad del medio rural. Esta película, destila atmosfera de transición, y muestra cómo los políticos de entonces, eran capaces de rodar por esas carreteras, hasta los más recónditos lugares, para ir sumando voto tras voto.
Son muchas las muestras que el cine ha realizado en relación a la política y las elecciones, y sería imposible abordarlas todas. Incluso aquellas referencias que existen en la ficción científica, “La guerra de las galaxias”, (George Lucas, 1977), “El Imperio contrataca”, (Irvin Kershner, 1980), o “Amanece que no es poco”, (José Luis Cuerda, 1988), que, desde el humor, también reflejan la democracia, aunque de forma muy particular… En este caso, se hace votación hasta para la persona que ejercerá la prostitución o la promiscuidad…
Pero, en todas ellas, observamos un denominador común: Argucias, trampas, descréditos hacia el rival, destape de escándalos, manipulación…, enseñando que no han pasado de moda, y siguen vigentes las mismas estrategias, a día de hoy.