jueves, 26 de abril de 2012
Nicholson, imprescindible.
jueves, 19 de abril de 2012
Los idus de marzo
Los idus de marzo (The Ides of March, 2011)
Duración: 101 min. Director: George Clooney. Guión: George Clooney, Grant Heslov (Obra: Beau Willimon). Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Phedon Papamichael. Reparto: Ryan Gosling, George Clooney, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Philip Seymour Hoffman, Evan Rachel Wood, Jeffrey Wright, Max Minghella, Jennifer Ehle.
Stephen Meyers, (Ryan Gosling), es un joven idealista, asesor de campañas políticas al servicio del gobernador demócrata de Pensilvania, Mike Morris, (George Clooney). Stephen, afrontará el mayor desafío de su carrera profesional, al tratar de conseguir que Morris sea el elegido por el Partido Demócrata.
El director de la campaña, Paul Zara, (Philip Seymour Hoffman), tratará de conseguir el apoyo del estado de Ohio, para garantizar enfrentarse al candidato republicano en las elecciones presidenciales. El protagonista, comprobará que la política contiene traiciones, crueldad, y que de nada sirve tener principios.
En el calendario romano, los idus de marzo, correspondían al decimoquinto día del mes de Martius. Los idus, eran días de buenos augurios. Además, la fecha es famosa, porque Julio César fue asesinado en el idus de marzo del año 44 a. C.
George Clooney, director y guionista del film, siempre ha tenido una extraña obsesión por los medios de comunicación y por la política. En “Buenas noches, y buena suerte”, unió ambos aspectos que tanto le fascinan. Suponemos que el origen de los dos temas, está en sus padres; uno, presentador de televisión, y otra, dedicada a la política durante décadas. Por ello, puede criticar, y sacar el lado más oscuro de estos mundos, por su profundo conocimiento de cómo funcionan las cosas. Un ámbito, dónde la tragedia y la imposibilidad de integridad se cruzan, mezclan, y se diluyen los principios. Hobbes, en su libro “Leviathan”, explicaba la naturaleza de los hombres: “Cada hombre es enemigo de cada hombre; los hombres viven sin otra seguridad que sus propias fuerzas, y su propio ingenio, debe proveerlos de lo necesario”. Esta cita, en lo referente a política, es la cumbre de las reflexiones. Más, si cabe, después de ver esta película. No hay mayor enemigo, que un ser humano intentando salvaguardar su futuro, su éxito, arrojando al vacio a los demás. Clooney ha realizado un gran film, en el que combina misterio y drama, con unas enseñanzas didácticas de cómo funcionan las elecciones primarias de los partidos americanos. Elegancia, al más puro estilo del cine clásico, diálogos contundentes, y unas actuaciones sensacionales. Ryan Gosling, es uno de los actores en alza de estos momentos, con imponentes actuaciones. Aunque, su pasado televisivo, auguraba, a priori, poca proyección, ha sabido elegir sus trabajos, y ha caído con George Clooney, que ha aprendido perfectamente el oficio de director, después de haber consolidado el de actor. Seymour Hoffman, como siempre, con una presencia que impone, llenando las escenas, hasta en los momentos en que no habla. S figura es suficiente. Paul Giamatti, siempre fiable, alzando cualquier personaje, tomándoselo como si fuera el del protagonista.
Excepcional película, que pudiera parecernos complicada en su planteamiento, por los entresijos de las “primarias”, los mecanismos del sistema americano, cuando todo se entiende perfectamente. Clooney tiene el valor de pinchar al sistema político, atacarlo, cuestionarlo, y no posicionarse a favor de ningún partido, tratando a todos por igual.
jueves, 12 de abril de 2012
Intocable
Intocable (Intouchables, 2011)
Duración: 109 min. Director: Olivier Nakache, Eric Toledano. Guión: Olivier Nakache, Eric Toledano. Música: Ludovico Einaudi. Fotografía: Mathieu Vadepied. Reparto: François Cluzet, Omar Sy, Anne Le Ny, Audrey Fleurot, Clotilde Mollet, Joséphine de Meaux, Alba Gaia Bellugi, Cyril Mendy, Christian Ameri, Marie-Laure Descoureaux, Gregoire Oestermann.
Philippe, un rico aristócrata, busca un asistente para que le ayude en la vida diaria, ser sus piernas y brazos, dado que es tetrapléjico. Contra pronóstico, y después de ver decenas de candidatos altamente cualificados, contrata a Driss, como asistente y cuidador, un joven procedente de un barrio de viviendas públicas, que ha salido recientemente de prisión… Supuestamente, la persona menos indicada para el trabajo. Juntos, van a mezclar la música clásica con “Earth, Wind & Fire”. Fusionar la elegancia, con los pantalones de chándal, jerga callejera con sofisticación léxica.
Dos mundos van a chocar, van a tener que entenderse mutuamente, y ayudarse. Ambos, van a aprender aspectos del otro, para dar lugar a una amistad sincera, más allá de la relación de trabajo.
Basada en hechos reales, los directores, Olivier Nakache y Eric Toledano, han hecho una comedia espectacular, divertida, y sin demasiadas ambiciones, pero efectiva, certera. Tratar la discapacidad, la integración social, la diferencia de clases, así, tal cual, integrarlo en una comedia, y no caer en resultados moralistas o sensibleros, parece complicado. Sin embargo, el hecho de que los directores y guionistas se fijaran en un documental, casi un cuento de hadas, lo hace todo más fácil. Además, contraponer a dos personajes tan distintos, tan extremos, y con tanta química en el film, nos hace recordar “Perfume de mujer”, o “La escapada” de Dino Risi, “Mi pie izquierdo” de Jim Sheridan, o la fantástica “Rainman” de Barry Levinson. Sin olvidar una banda sonora, muy cuidada, por Ludovico Einaudi.
El inmigrante negro que se convierte en cuidador, interpretado por el desconocido, y sin embargo buen actor, Omar Sy, cambia la perspectiva de todos aquellos que rodean al minusválido, y del propio inválido. Cambia el universo de todos, hasta que sus propios problemas le vendrán a buscar. La compasión se diluye, se transforma en un trato igualitario. Ha visto tanta marginación y miseria, que trata con indiferencia la tetraplejia de la persona que está a su cuidado, porque no le falta de nada, lo ha tenido todo, y pese a estar sentado en una silla de ruedas, va a seguir teniéndolo todo. El protagonista, se ha cansado de tanta adulación, condescendencia, compasión y delicadeza, busca que le traten como lo harían de verdad, sin pensar previamente en la silla de ruedas en la que vive. Interpretado por un gran François Cluzet, (“French Kiss” de Lawrence Kasdan, 1985), aporta sobriedad y dignidad al personaje, sin tratar de sobreactuar, ni de intentar suplir la falta de movimiento, con gestos, o singulares movimientos faciales.
Una película que ha batido, contra pronóstico, todas las marcas del cine francés, con millones de espectadores, y ampliando fronteras. Recomendable película, para disfrutar de dos personajes que se compenetran, y disfrutan de la vida, a pesar de las limitaciones de cada uno.