Juan Luis Galiardo
(Cádiz, 1940 – Madrid, 2012)
Poco a poco, es inexorable, nos
vamos quedando sin los grandes del cine. De Hollywood, y del cine español. Juan
Luis Galiardo, ha fallecido a los 72 años. Tras estudiar diversas carreras, y
relacionarse con la Escuela de Cinematografía, comenzó a apasionarse por el que
sería su mundo: La interpretación. En el teatro, siempre apostó por los
clásicos, entre los que se recuerda: “Seis personajes en busca de
un autor”, de Pirandello, “El rey Lear”, de
Shakespeare, “Comedias bárbaras” de Valle Inclán,
o “El avaro”, de Molière. En los años
sesenta se convirtió en uno de los galanes del cine español, por su presencia,
y por una gran dosis de oficio. Fundó “Penélope Films”, productora de grandes
títulos, que tenemos presentes en la memoria colectiva, como “El disputado voto
del señor Cayo”…, y de series de televisión inmemorables como fue “Turno de
oficio”. Esta serie reveló un actor madurado, y con posibilidades dramáticas
antes no vistas, dado que siempre se había caracterizado por papeles más bien
cómicos. Entre sus múltiples películas, “Madregilda” de 1993, “Pajarico” de
1997, “Adiós con el corazón” de 1999, “Lázaro de Tormes” de 2000, “El caballero
Don Quijote”… Destacamos entre su gran filmografía la inolvidable “Familia”.
“Familia” (León de Aranoa, 1996)
Santiago, como todas las mañanas,
después de levantarse, baja a la cocina, donde le espera toda la familia para
felicitarlo: Es su cumpleaños. Todos le cantan el "Feliz cumpleaños",
y él, comienza a abrir los regalos; cuando le toca el turno al de su hijo
pequeño, se enfada y dice que no le gusta. El niño se echa a llorar y a decir
que le quiere, pero Santiago no le cree y le suelta una frase sorprendente, que
ningún padre del mundo diría jamás...
Aparentemente, una familia
normal, pero… no del todo. Una dura reflexión sobre el ámbito familiar, las
relaciones, la soledad, el abandono al que sometemos a nuestros mayores. Un
manual de cómo funciona una familia, de los nexos que se establecen, y de la
consideración de que la amistad, en muchas ocasiones, es mayor vínculo que
compartir los mismo genes. Ser familiar, no garantiza una buena convivencia, ni
tan siquiera el respeto o el cariño. La amistad, en muchos casos, garantiza más
satisfacciones que la propia familia.
Buen guión, demostrando que se
puede hacer cine sin grandes presupuestos, sólo con inteligencia, basándolo
todo en interpretación y diálogos. Un primer film de Fernando León de Aranoa,
sensacional, quien después realizaría títulos imprescindibles como “Barrio” o “Los
lunes al sol”.
En el reparto, Juan Luis
Galiardo, en uno de sus mejores papeles posiblemente, o cuando menos, uno en
los que muestra múltiples matices, despliega todo su arsenal de buen actor, para
convencer de su oficio y buen hacer.
Se nos ha ido un imprescindible
de los teatros, de las series de televisión, y del cine español. Sea esta
crónica un sentido homenaje a quien ha hecho reír y llorar, emocionar y
hacernos creer en la profesionalidad de nuestro cine.