jueves, 5 de julio de 2012

Juan Luis Galiardo

Juan Luis Galiardo
(Cádiz, 1940 – Madrid, 2012)
Poco a poco, es inexorable, nos vamos quedando sin los grandes del cine. De Hollywood, y del cine español. Juan Luis Galiardo, ha fallecido a los 72 años. Tras estudiar diversas carreras, y relacionarse con la Escuela de Cinematografía, comenzó a apasionarse por el que sería su mundo: La interpretación. En el teatro, siempre apostó por los clásicos, entre los que se recuerda: “Seis personajes en busca de un autor”, de Pirandello, “El rey Lear”, de Shakespeare, “Comedias bárbaras” de Valle Inclán, o “El avaro”, de Molière. En los años sesenta se convirtió en uno de los galanes del cine español, por su presencia, y por una gran dosis de oficio. Fundó “Penélope Films”, productora de grandes títulos, que tenemos presentes en la memoria colectiva, como “El disputado voto del señor Cayo”…, y de series de televisión inmemorables como fue “Turno de oficio”. Esta serie reveló un actor madurado, y con posibilidades dramáticas antes no vistas, dado que siempre se había caracterizado por papeles más bien cómicos. Entre sus múltiples películas, “Madregilda” de 1993, “Pajarico” de 1997, “Adiós con el corazón” de 1999, “Lázaro de Tormes” de 2000, “El caballero Don Quijote”… Destacamos entre su gran filmografía la inolvidable “Familia”.
“Familia” (León de Aranoa, 1996)
Santiago, como todas las mañanas, después de levantarse, baja a la cocina, donde le espera toda la familia para felicitarlo: Es su cumpleaños. Todos le cantan el "Feliz cumpleaños", y él, comienza a abrir los regalos; cuando le toca el turno al de su hijo pequeño, se enfada y dice que no le gusta. El niño se echa a llorar y a decir que le quiere, pero Santiago no le cree y le suelta una frase sorprendente, que ningún padre del mundo diría jamás...
Aparentemente, una familia normal, pero… no del todo. Una dura reflexión sobre el ámbito familiar, las relaciones, la soledad, el abandono al que sometemos a nuestros mayores. Un manual de cómo funciona una familia, de los nexos que se establecen, y de la consideración de que la amistad, en muchas ocasiones, es mayor vínculo que compartir los mismo genes. Ser familiar, no garantiza una buena convivencia, ni tan siquiera el respeto o el cariño. La amistad, en muchos casos, garantiza más satisfacciones que la propia familia.
Buen guión, demostrando que se puede hacer cine sin grandes presupuestos, sólo con inteligencia, basándolo todo en interpretación y diálogos. Un primer film de Fernando León de Aranoa, sensacional, quien después realizaría títulos imprescindibles como “Barrio” o “Los lunes al sol”.
En el reparto, Juan Luis Galiardo, en uno de sus mejores papeles posiblemente, o cuando menos, uno en los que muestra múltiples matices, despliega todo su arsenal de buen actor, para convencer de su oficio y buen hacer.
Se nos ha ido un imprescindible de los teatros, de las series de televisión, y del cine español. Sea esta crónica un sentido homenaje a quien ha hecho reír y llorar, emocionar y hacernos creer en la profesionalidad de nuestro cine.