jueves, 7 de marzo de 2013

Siete psicópatas


Siete psicópatas (Seven Psychopaths, 2012)
Duración: 109 min. Director y guión: Martin McDonagh.  Música: Carter Burwell. Fotografía: Ben Davis. Reparto: Colin Farrell, Sam Rockwell, Christopher Walken, Woody Harrelson, Tom Waits, Abbie Cornish, Olga Kurylenko, Gabourey Sidibe, Harry Dean Stanton, Kevin Corrigan, Zeljko Ivanek, Michael Stuhlbarg, Michael Pitt.

Marty (Colin Farrell),  es un escritor que no llega a fin de mes, sueña con terminar un guión titulado Siete Psicópatas. Billy (Sam Rockwell) es su mejor amigo, un actor sin empleo que quiere ayudar a Marty en el guió, y que además, en sus tiempos libres, se dedica a robar perros a cambio de recompensa, junto a otro personajes peculiar, Hans (Christopher Walken), un hombre religioso de pasado violento... Un mal día le roban un Shin Tzu al hombre equivocado: Charlie (Woody Harrelson), un gangster imprevisible y extremadamente violento. Marty va a conseguir toda la inspiración que necesita conviviendo con personajes fuera de control, psicópatas reales, intentando sobrevivir a los acontecimientos.

Martin McDonagh vuelve a sorprender, después de una primera película peculiar y que pasó desapercibida, “Escondidos en Brujas”. En esta ocasión, algo más alocada, con las lecciones de los maestros del género. Por una parte, el director, ha bebido de Oliver Stone, “Asesinos natos”, (cuando no se ajusta a los cánones). Por otra parte, evidente, no descubrimos nada, se aproxima a Tarantino, tanto por la violencia extrema, como por el cinismo que destila. Esas son las credenciales de la película que despliega más ingenio que contenido. Ingenio por todas las acrobacias del guión, la poco convencional forma de narrar, las piruetas escénicas, giros del destino, y truculentos cruces de los personajes en el tiempo. Sin embargo, ese ingenio, es el que aparca los inconvenientes del contenido, que a veces el director no controla, se le escapa, y podría haber sido un desastre. Pero, la audacia del director y una cuidada dirección de los actores, hace que remonte la película y queden más aspectos positivos en su conjunto.

En el reparto, coral, y sin necesidad de que haya un protagonista claro, (todos gozan de su metraje en solitario, con la misma intensidad), encontramos a un dudoso Colin Farrell, que no termina de funcionar, con una pose de “pasar de todo”, que no hace gracia. Sin embargo, Sam Rockwell es el actor que está en su sitio, y compensa bastante a su compañero Farell. Christopher Walken con la talla de un gran actor, muy bien perfilado, y correcto. Woody Harrelson, quien no encuentra en Hollywood su camino, ni su gurú, en “7 psicópatas” llega a recordarnos al pesonajes de la película de Oliver Stone, antes mencionada, con profesionalidad. Por supuesto, el placer de ver en pantalla a Tom Waits, quien ejerce de "verdadero" psicópata.
Un film para aquellos que no tengan prejuicios, aguanten minutos cercanos al gore, con toques de violencia gratuita, y que la sangre parezca que salpica a la cámara. Una película que se escapa de los convencionalismos del cine comercial. Entretenida, ingeniosa y ácida.