miércoles, 14 de abril de 2010

El escritor


El escritor (The Ghost Writer, 2010)

Duración: 128 min. Director: Roman Polanski. Guión: Robert Harris, Roman Polanski. Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Pawel Edelman. Reparto: Ewan McGregor, Pierce Brosnan, Olivia Williams, Kim Cattrall, Tom Wilkinson, Timothy Hutton, James Belushi, Eli Wallach, Robert Pugh.

La película cuenta cómo un escritor (Ewan McGregor) es contratado como «negro», (escritor fantasma), para redactar la supuesta autobiografía de un ex-Primer Ministro británico (Pierce Brosnan), que se encuentra en EE. UU. La situación no es muy halagüeña, pues su predecesor se acabó “suicidando” por la presión que el libro ejercía sobre él, cerca de la costera residencia donde se alojan el político y su familia.

Estamos ante una obra de cine clásico, un thriller político, que destaca por su artesanía, más que por sus trucos. Gracias al buen hacer de Roman Polanski que, con sus 76 años, sigue ofreciendo películas de calidad, a la vieja usanza.

La película nos muestra una historia simple, en la que el objeto de intriga no es lo más importante, pero es la excusa o Macguffin, elemento de suspense que hace que los personajes avancen en la historia, pero sin mayor relevancia en sí (término acuñado por Alfred Hitchcock). Al final, el Macguffin no es lo fundamental, sino cómo los personajes han ido destapando la intriga. Puede parecer predecible para los espectadores más iniciados, pero es el envoltorio en el que se desarrolla todo. lo que hace de “El escritor” una película interesante y atractiva. Polanski (“El baile de los vampiros” de 1967, y “El pianista” de 2002), mide con exactitud el ritmo, la intriga y el pulso narrativo, con una estructura literaria; preludio con tintes políticos, un nudo repleto de intriga, y un desenlace que resuelve las incógnitas, que sólo se nos confirman, si hemos permanecido atentos a las señales e indicios que nos han ofrecido.

Como ya hiciera el director en otra de sus obras, se tiende a reproducir el destino de un predecesor (“El quimérico inquilino” 1976), en el papel de un escritor interpretado por Ewan McGregor (“Big Fish”, 2003, de Tim Burton) con bastante credibilidad. Sin embargo, Pierce Brosnan (“El sastre de Panamá”, 2001, de J. Boorman) interpretando al ex primer ministro, con una eterna sonrisa ante las cámaras, actúa por encima de lo necesario, restando realidad al personaje, máxime cuando tenemos en mente al político real que representa.

La música de Alexandre Desplat ensalza las contradicciones de los personajes, las trampas de la historia y los dobles sentidos e ironías que tanto complacen a Polanski.

En definitiva, una película muy recomendable, en la que está presenta “el mal”, el miedo y un tratamiento de la psicología humana muy preciso. Atención a las dos escenas finales, serán consideradas como una joya del cine moderno.