Soul Kitchen (2009)
Duración: 99 min. Director: Fatih Akin. Guión: Fatih Akin, Adam Bousdoukos. Música: Varios. Fotografía: Rainer Klausmann. Reparto: Adam Bousdoukos, Moritz Bleibtreu, Birol Ünel, Anna Bederke, Pheline Roggan, Lukas Gregorowicz, Dorka Gryllus, Wotan Wilke Möhring, Demir Gökgöl, Monica Bleibtreu, Marc Hosemann, Cem Akin, Catrin Striebeck, Jan Fedder, Ugur Yücel, Philipp Baltus, Udo Kier.
Zinos, un inmigrante de origen griego, es el dueño de un restaurante en Hamburgo, frecuentado, por todo tipo de personajes extraños, más receptivos a la comida basura que a los suculentos platos que va a ofrecer el Soul Kitchen.
Todo cambia, y se transforma. La novia de Zinos, Nadine, se ha mudado a Shanghai.
Un nuevo cocinero se hace cargo de la cocina. El hermano de Zinos acaba de salir de la cárcel. Y unos especuladores acechan, pretendiendo hacerse con el negocio para construir viviendas.
El director Fatih Akin, (“Contra la pared”, 2004), exponente del cine social y multicultural europeo, harto de tragedias y dramas sociales, cambia de registro para ofrecer una comedia.
Pero, por el camino, no pierde toda su mirada crítica. Sigue aportando situaciones y personajes que conoce, que le son cotidianos.
W. Allen afirma que la comedia, es igual a la suma de tragedia más tiempo. En el caso de Akin, el tiempo lo cambia por retorcimiento, tragedia torcida para provocar la risa.
Personajes perdedores y antihéroes, pululan por el restaurante, con su villano estereotipado.
Si Allen tiene Manhattan, Akin tiene Hamburgo, su ciudad natal, que retrata en los films, aunque, en este caso, la crudeza y la sordidez, sólo se presentan en segundo plano.
En el reparto, incondicionales del director. En primer lugar, Adam Bousdoukos, co-guionista, junto a Akin, de esta película, en el papel de Zinos, llevando el peso de la historia. Todo funciona gracias a su interpretación, ya que es la única interpretación que hace de amalgama, que sirve de engranaje con el resto.
Hacemos mención especial del hermano ludópata y DJ, de Zinos, Moritz Bleibtreu, en un papel divertido, realizado con precisión y credibilidad, que altera los tópicos.
Los demás, sirven para construir la comedia, sin más mérito.
Si bien, no precisamos de muchas referencias para poder comparar con otras interpretaciones, dado que son actores desconocidos, fuera del cine alemán o francés: Pheline Roggan, como novia del protagonista; Birol Ünel, como el brillante y antisocial cocinero, que recuerda a otro cocinero peculiar de la serie de T.V. “Doctor en Alaska”.
Conflictos personales, enredos y gags, para una comedia coral simpática y positiva, que enseña a superar adversidades, a distinguir el auténtico camino, cuando todo parece acontecer negativamente.
Una historia que se sustenta con una idea del propio Fatih Akin: Sin alimento, morimos, y sin música igualmente podemos morir..., sobre todo si no conseguimos alimentar el espíritu...