En el límite del amor (The Edge of Love, 2008)
Duración: 110 min. Director: John Maybury. Guión: Sharman Macdonald . Música: Angelo Badalamenti. Fotografía: Jonathan Freeman. Reparto: Keira Knightley, Sienna Miller, Matthew Rhys, Cillian Murphy, Camilla Rutherford.
La película nos acerca la figura del poeta Dylan Thomas, una de las figuras más importantes de la literatura inglesa de la primera mitad del siglo XX.
No es un biotopic, (película biográfica), sino más bien, se ha utilizado la figura de Dylan, como pretexto, para un film que se centra en la relación a cuatro bandas que mantuvo el poeta con su mujer, con una amiga de la infancia, Vera, y con el marido de ésta.
Vera Phillips y Dylan Thomas, pareja en la adolescencia, se reencuentran diez años después, en Londres, durante la II Guerra Mundial. La magia renace entre los dos, pero Dylan ya está casado con la alegre y aventurera Caitlin.
A pesar de que las dos mujeres aman al mismo hombre, se hacen amigas y cómplices. Vera acaba casándose con William, y mientras él combate fuera del país, ella decide regresar a su Gales natal con sus amigos, y allí la batalla entre su corazón y su cabeza se intensifica.
Empieza a ser preocupante que las películas lleguen con dos años de retraso a las pantallas, no sabemos si es bueno, o malo.
Así pues, con retraso, aparece “En el límite del amor”, película dirigida por John Maybury, (“The Jacket”, de 2005), más conocido por realizar el mítico videoclip de Sinnead O´Connor: “Nothing compares to you”.
Al director se le ha ido un poco la mano con el metraje, sin embargo, los últimos 15 minutos salvan bastante este trabajo.
Maybury, no domina las sutilezas, todo acontece con previsibilidad. Aunque sí la técnica,no cabe duda; pero se aproxima demasiado a una serie de televisión, no puede eludir ese tono.
La guionista, Sharman Macdonald, curiosamente, madre de Keira Knightley, no se da cuenta de que un guión de cine, no es una obra de teatro, y que no se puede insertar frases poéticas sin venir a cuento, o intentando dar un toque lírico, que no se acopla bien con lo visual.
Por otra parte, el guión está basado en la verdadera historia de los abuelos de la productora Rebekah Gilbertson, los auténticos Vera y William.
El reparto tiene unas buenas interpretaciones. En el caso de Sienna Miller, excelente, una de sus mejores. Keira Knightley, muy convincente, y mantiene una buena química con su compañera de reparto.
En cuanto a los elementos masculinos, a nuestro parecer, no están a la altura,
Cillian Murphy no desempeña un papel muy honroso, precisamente. Y Matthew Rhys, (Dylan), se salva por la mínima.
Jonathan Freeman aporta su toque personal en la fotografía, acertando plenamente.
Y una mención especial a la música, realizada por el gran Angelo Badalamenti, del que seguramente todos recordaremos la música de “Twin Peaks”.
Recomendable en su justa medida, y siempre es mejor ver esta película, que los innumerables y adocenados films de violencia gratuita, de los cuales siempre está llena la cartelera...