jueves, 3 de enero de 2013

El festín de Babette



¡Buen provecho!

El festín de Babette (Babettes gæstebud, 1987)

Duración: 102 min. Director: Gabriel Axel. Guión: Gabriel Axel (Cuento: Isak Dinesen). Música: Per Norgard. Fotografía: Henning Kristiansen. Reparto: Stéphane Audran, Jean-Philipe Lafont, Gudmar Wivesson, Jarl Kulle, Bibi Andersson, Bodil Kjer, Brigitte Federspiel, Lisbeth Movin
1988: Globos de oro: Nominada mejor película de habla no inglesa.

En el siglo XIX, en una remota aldea de Dinamarca, dominada por el puritanismo, dos ancianas hermanas, que han permanecido solteras, recuerdan con nostalgia su lejana juventud y la rígida educación que las obligó a renunciar a la felicidad. La aparición de Babette, que llega desde París, huyendo del Terror, cambiará sus vidas. La recién llegada, tendrá pronto ocasión de corresponder a la bondad y al calor con que fue acogida. Un premio de lotería, le permite organizar una opulenta cena con los mejores platos y vinos de la gastronomía francesa. Todos los vecinos aceptan la invitación, pero se ponen previamente de acuerdo para no dar muestras de una satisfacción que sería pecaminosa. Pero, poco a poco, en un ceremonial intenso y emotivo, van cediendo a los placeres de la cocina francesa.
Pocas veces, llegas al cine y pegas un salto al ver la cartelera. Uno va dispuesto a ver algo nuevo, y se encuentra con esta película. Con motivo del 25º aniversario, algunas salas de cine han decidido volver a exhibirla. Un gran acierto, aunque sólo estuviéramos en la sala de cine, no más de tres personas.
Basada en un cuento de Dinesen, esta intimista película, muestra una lección de humildad, tanto en los medios que se utilizaron para realizarla, como la modestia que transmiten los personajes, en la que la sumisión a rechazar los placeres terrenales, se suple con una lección de humanismo. En todo caso, este film es una fábula sobre la búsqueda del equilibrio personal, y la renuncia a las pompas de la vida, más impuestas por la sociedad, que por la necesidad real de las mismas.
Un excelente prólogo, en forma de “flashback”, para introducir la verdadera historia, de la que no entenderíamos nada sin ese preludio. Después, Babette, comprenderá que puede ser feliz..., sin nada. Organizará un festín para agradecer encontrarse consigo misma. En estas fechas de banquetes familiares, en los que nada puede impedir que colmemos nuestras mesas con los manjares más suculentos, esta película, genera envidia por tan magnífico y sofisticado banquete. Y más, ver a sus protagonistas, aguantando el tipo estoicamente, sin mostrar ningún gesto de satisfacción, dado que su creencia no les permite disfrutar de algo tan simple como comer.
El cine relacionado con la comida es un clásico, casi un subgénero, y este film un referente clarísimo e imitado. Quizá, también sobre aspectos culinarios, o sobre el simple hecho de paladear, encontramos: “Comer beber, amar” de Ang Lee, “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante” de Peter Greenaway, o “El discreto encanto de la burguesía” de Luis Buñuel.

Una película convertida en clásico con el paso del tiempo, un goce para los sentidos, con la belleza más pura.