jueves, 29 de julio de 2010

Lobo

Lobo (Wolf ,1994)

Duración: 125 min. Director: Mike Nichols. Guión: Jim Harrison & Neil Nachlis. Música: Ennio Morricone. Fotografía: Giuseppe Rotunno. Reparto: Jack Nicholson, Michelle Pfeiffer, James Spader, Kate Nelligan, Richard Jenkins, Christopher Plummer, Eileen Atkins, David Hyde Pierce, Om Puri, Ron Rifkin, Prunella Scales, Brian Markinson, David Schwimmer.
Noche de luna llena, Will Randall, ejecutivo de mediana edad de una importante editorial, conduce por una carretera nevada. Atropella a un animal y, al bajarse del vehículo, comprueba que es un lobo... ¡que le muerde en una mano! Días después, Will comienza a notar extrañas transformaciones en su cuerpo. También, una gran seguridad y confianza en sí mismo.
El mito del hombre-lobo ha sido llevado al cine en multitud de ocasiones. Con más o menos acierto, con más o menos éxito, tanto de crítica, como de taquilla... (Este último, a fin de cuentas, es el más importante. La vida es así).
Hombres-lobo para todos los gustos, desde “Un hombre lobo americano en Londres”, de John Landis, en 1981, pasando por el clásico interpretado por Bela Lugosi “Un hombre lobo” (1941, Lon Chaney Jr.). Incluso en clave de humor, como producto para adolescentes, Rod Daniel realizó, “De pelo en pecho”, interpretada por Michael J. Fox.
“Lobo” es una película dirigida por Mike Nichols (“Armas de mujer”, 1988), desarrollada con inteligencia, y con una buena fotografía de Giuseppe Rotunno (“El Gatopardo”, 1963 de Luchino Visconti). Apoyada en un excelente guión, y un reparto que da la talla plenamente.
Jack Nicholson, protagoniza al editor-jefe de una gran editorial, mordido por un ¿lobo...?, cuando regresa de un viaje, y pronto se da cuenta de que posee una serie de cualidades, más propias de un animal, que de un ser humano, al tiempo que se ve rejuvenecido y lleno de vitalidad. Michelle Pfeiffer, en su papel de rica heredera, caprichosa, mimada, impertinente, pero bellísima, será quien comparta las desdichas de Nicholson-lobo, y su lucha por liberarse de la bestia que se ha apoderado de él.
Nuevamente, el desdoblamiento, pero en una temática que se remonta a los orígenes de la humanidad. Un hombre, relativamente gris, dedicado a su trabajo y a su mujer, de pronto, se ve arrastrado por un destino que cambia su vida radicalmente. Está por encima de los demás, de una forma terrible, eso sí, pero por encima. No quiere hacer daño, y sufre porque no lo consigue. Sólo la presencia de Pfeiffer, hará que su nueva condición se mitigue un tanto... Pero ella también se desdoblará... Increíblemente, esta película no ha tenido "segundas partes", acaso porque es imposible lograr una continuidad digna, y a la misma cota de calidad.
Atención a la banda sonora, de Morricone, con una apreciación minimalista del film, con algún altibajo, en la parte final con algún conflicto de ideas. Consigue una ambientación fabulosa, considerando lo importante que son las bandas sonoras para éste tipo de films.
De alguna manera, al contemplar este film de 1994, todos nos hemos sentido identificados con su protagonista. Como dice uno de los personajes: "-Me estoy muriendo... Pero prefiero seguir vivo, aunque me convierta en lobo maligno..."

jueves, 22 de julio de 2010

London River

London River (2009)

Duración: 87 min. Director: Rachid Bouchareb. Guión: Rachid Bouchareb, Olivier Lorelle, Zoé Galeron. Música: Armand Amar. Fotografía: Jérôme Alméras. Reparto: Brenda Blethyn, Sotigui Kouyate, Roschdy Zem, Sami Bouajila, Bernard Blancan, Marc Bayliss, Gareth Randall.
Premios 2009: Festival de Berlín: Mejor actor (Sotigui Kouyaté). Nominada al Oso de Oro.
En los días siguientes a los atentados terroristas de Londres, el 7 de julio de 2005, muchas personas en Inglaterra, y en el resto de Europa, están asustadas, ansiosas por tener noticias de sus seres queridos. “London River”, narra cómo unos padres desesperados buscan a sus hijos, después de los atentados. Por una parte, la señora Sommers, mujer tradicional, clasista, cristiana y viuda de un militar. Y por otra, Ousmane, un africano musulmán que vive en Francia. Aunque no se conocen, y ambos tienen diferencias religiosas, se verán unidos por una tragedia compartida. Juntos rastrearán la ciudad en busca de sus seres queridos, unidos por la esperanza de que sigan vivos.
El director, Rachid Bouchareb, (“Little Senegal”, 2001), utiliza una forma original de contarnos dos historias. Irremediablemente, sabemos que se cruzaran. De hecho, lo maravilloso del film, es contemplar la historia de uno de ellos, y descubrir, al otro, en un segundo plano. Así, podemos intuir, por dónde irá el desenlace. Pero, es la manera visual de presentar la historia, lo que la hace una buena película. Recurrir a la narración cruzada, es habitual, casi un género en sí mismo. Tenemos grandes ejemplos: “Vidas cruzadas”, (1993) de Robert Altman, o “Grand Canyon” (1990), de Lawrence Kasdan. Creemos que éste director ha tomado nota de sus maestros, aportando sutiles mejoras.
En cuanto al reparto, una magnífica Brenda Bleythn, ganadora del premio de la Academia de Hollywood por “Secretos y Mentiras” (Mike Leigh, 1996). Esta actriz, atrapa en la pantalla. Asombrosa, en un papel casi perfecto. Hace creíble cómo una inglesa cerrada, de provincias, descubre que existe mestizaje cultural en su país. Sotigue Kouyate, se coloca a la altura de su compañera de reparto, más contenido, preciso y sereno, con una mirada hipnótica, compensando algún “exceso” de Bleythn. Al principio, una antagónica propuesta, que parece imposible “cruzar” en el camino.
Atención especial a la música de Armand Amar, habitual de Costa Gavras (“Amen”, 2000), y últimamente del propio Bouchareb. Una música, heredera de Michael Nyman, contiene influencias espirituales y toques étnicos, que envuelven y arropan las secuencias.
Interesante película, quizá lo mejor de este verano, en la que afloran los sentimientos, sin llegar a la lágrima fácil, al melodrama simplón. Un film con un metraje mínimo. Esta cualidad sirve para que la trama no se desvanezca, logrando así la suficiente intensidad que hace posible el seguimiento de la historia. Realizada a partir de un guión sencillo, que no precisa de complejidad, parece una historia real que pudo acontecer en esos días.

jueves, 15 de julio de 2010

Air Doll

Air Doll (Kûki ningyô, 2009)

Duración: 125 min. Director: Hirokazu Koreeda. Guión: Hirokazu Koreeda. (Historia: Yoshiie Goda). Música: World's End Girlfriend. Fotografía: Pin Bing Lee. Reparto: Arata, Du-na Bae, Sumiko Fuji, Mari Hoshino, Itsuji Itao.
Una muñeca hinchable, de tamaño natural, vive en un modesto piso de Tokio. No habla, ni se mueve. Pero es la única compañera de su amo, un hombre de mediana edad. Él, le habla, la baña, y le hace el amor cada día cuando vuelve del trabajo. La rutina diaria se rompe cuando la fantasía se hace realidad. De pronto, Nozomi cobra vida, y adquiere alma. Acaba de nacer y no entiende lo qué ocurre a su alrededor, aunque se da cuenta de que existe un mundo, esperando  ser explorado más allá de las paredes del piso. Con el tiempo se atreve a salir al mundo exterior, y se siente fascinada por todo lo que ve. Conoce a muchas personas de todo tipo, pero ninguna es capaz de explicarle lo que significa "estar viva". Un día, la muñeca entra en un videoclub y su mundo cambia para siempre. Conoce a Junichi, el vendedor, del que se enamora inmediatamente.
Hirokazu Koreeda, (“Caminando”, de 2008), posee la consideración de ser el sucesor de uno de los mejores directores japoneses, Yasujiro Ozu, (“Cuentos de Tokio”, de 1953). El director ha tratado en sus películas las emociones humanas, las relaciones, y la familia.
En primer lugar, deberíamos recodar un precedente fílmico de muñecas hinchables, que pasó desapercibido: “Lars and the Real Girl”, de Craig Gillespie,  en 2008.
 “Air Doll”, plantea algo que Carlo Collodi, con su magnífico relato Pinocho, (Pinocchio), hizo algo mágico: Convertir un muñeco en un ser humano, perdido e inocente. Igual ocurre con esta muñeca hinchable, que, convertida en mujer de carne y hueso, descubre un mundo nuevo, una sociedad, una ciudad y el amor. El director desata lirismo y poesía, por encima de la propia historia, silencios que atrapan y aportan mucho más que baldíos diálogos. Una magnífica dirección, sutilmente creada, con una gran carga sensorial. Parece que podamos sentir y apreciar cada uno de los fotogramas, apreciar las fragancias y dilatar nuestras pupilas ante el colorido visual. Por supuesto, una parte de este logro, es la dirección de fotografía ejecutada por Pin Bing Lee,  (“El Maestro de marionetas”, Hsiao-hsien Hou, 1993), habitual del cine francés y japonés.
En el reparto, excelente caracterización de Du-na Bae, como el juguete sexual que cobra vida, en un papel muy apetecible para cualquier actriz, al que dota de personalidad y credibilidad, con sus miedos, soledad y temor a la muerte. Además, los ojos de Nozomi, se convierten en los nuestros, hipnotizados por todo lo que le sorprende a ella, y nos sorprenderá todo lo que visualiza, sobre todo, cuando el surrealismo se desata.
Un ensayo sobre la condición humana, con la que descubrir qué significa “estar vivo”, un significado que conlleva alegría, y una parte de dolor, sufrimiento y soledad. Un cuento de hadas moderno, muy recomendable.

jueves, 8 de julio de 2010

Teniente corrupto

Teniente corrupto (Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans), 2009.

Duración: 121 min. Director: Werner Herzog. Guión: William M. Finkelstein (Remake: Abel Ferrara, Zoë Lund, Victor Argo, Paul Calderon). Música: Mark Isham. Fotografía: Peter Zeitlinger. Reparto: Nicolas Cage, Eva Mendes, Val Kilmer, Xzibit, Shea Wigham, Fairuza Balk, Katie Chonacas, Brad Dourif, Jennifer Coolidge, Michael Shannon, Shawn Hatosy, Irma P. Hall, Vondie Curtis-Hall, Tom Bower.
Terence McDonagh, (Nicholas Cage) es un sargento de la policía, poco convencional, que ha ascendido a teniente, a la vez que le recibe una condecoración. Adicto al juego, y a las drogas, se encuentra investigando el asesinato de cinco inmigrantes senegaleses en la Nueva Orleans, posterior al Katrina. Drogas, extorsión, sobornos, proxenetas y ajustes de cuentas son los ingredientes de esta película. Y una relación que mantiene el protagonista con una complicada y guapa mujer (Eva Mendes).
“Teniente corrupto” es el remake de un film de 1992, dirigido por Abel Ferrara, y protagonizado por Harvey Keitel, en uno de sus grandes papeles. La versión de Ferrara, con mismo planteamiento inicial, pudiera parecer más cruda, con poca delicadeza, y no apta para todas las sensibilidades y públicos. El director Werner Herzog, (“Lecciones en la oscuridad”, 1992), apuesta en su película por dulcificar un poco la historia, pero con cierta medida. Herzog plantea la decadencia moral en la que una persona puede sucumbir, penetrar y degenerarse, con una ausencia total de ética. La carga moral que conlleva la película puede ser menos reprobable, que las escenas violentas, o con alto contenido sexual. Pero la falta de moral puede ser más dañina para todos los públicos, aunque no lo parezca. Werner Herzog dirige con rigurosidad, aguantando al teniente McDonagh, prácticamente en la totalidad del metraje, con un catálogo de planos y recursos muy numeroso.
Nicolas Cage, que parece encontrarse en racha, ha recuperado, como ya comentáramos en “Kick-Ass”, su línea correcta de trabajo. O pudiéramos pensar, que ha encontrado directores que quieran reciclarlo, y posicionarlo, otra vez como un gran actor. Después de contemplar a Cage, no podemos pensar en otro posible actor para este film, ha sido una verdadera maravilla su interpretación: Tics, gestos, comportamientos alocados, y casi, esquizoides, y con unas miradas que aguantan la cámara en todo momento. Un papel insólito para este actor. Encarna y representa todo lo que un policía no debe ser, un antihéroe, al que se le llega a tener cariño, y con el que podemos identificarnos, a pesar de su abandono físico y moral.
Eva Mendes, correcta, cumpliendo con el papel asignado. En algunos momentos, algo plana, pero la complejidad del personaje, y con la presencia de Cage, es difícil brillar.
Una gran película, que a pesar de su similitud con la de Ferrara, no desmerece lo más mínimo. Un alarde de bajos fondos, decadencia y pesimismo, con un trasfondo policial que une perfectamente la trama. Sin olvidar los “toques” surrealistas del director, en los que hace dudar, si verdaderamente está ocurriendo, o es producto de la mente del protagonista. Bajada a los infernos y espíritu de supervivencia autodestructiva. Imprescindible, una gran película, que bien pudiera demostrar que se pueden hacer versiones de películas, y añadir matices insospechados.

jueves, 1 de julio de 2010

Kick-Ass

Kick-Ass (2010)

Duración: 117 min. Director: Matthew Vaughn. Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn (Cómic: Mark Millar). Música: Ilan Eshkeri, Henry Jackman, John Murphy, Marius De Vries. Fotografía: Ben Davis. Reparto: Aaron Johnson, Nicolas Cage, Mark Strong, Christopher Mintz-Plasse, Chloe Moretz, Elizabeth McGovern
‘Kick-Ass’, (film no apto para menores), gira en torno a Dave Lizewski, (Aaron Johnson), un estudiante de instituto que pasa desapercibido por todos, y  aficionado a los cómics. De ellos, extrae un día, la idea de convertirse en un superhéroe. No posee superpoderes, no ha tenido un duro entrenamiento, y ni siquiera le impulsa una significativa razón para ello. Pero, la vida de Dave cambiará para siempre cuando se encuentre con un par de locos vigilantes:
la terremoto Hit Girl, (Chloë Moretz), y su padre, Big Daddy, (Nicolas Cage). Una amistad aflorará con otro joven luchador contra el crimen, Red Mist, (Christopher Mintz-Plasse).
Y cuando todos se tengan que enfrentar al jefe de la mafia local, Frank D'Amico, (Mark Strong), sus alianzas y sus verdaderas habilidades serán puestas a prueba.
Aunque parezca mentira, estamos ante un superhéroe, del que no sabemos nada, desconocemos todo, salvo aquellos aficionados al cómic, muy aficionados, que sí tendrán alguna referencia de este justiciero.
Es digno en estos tiempos atreverse con lo desconocido. Estábamos acostumbrados a un prototipo de héroe, y a unas reglas, “unos poderes que conllevan una responsabilidad”.
Nada, ni poderes, ni responsabilidad.
Esa es la gracia de esta película divertida, gamberra y desafiante del propio género.
El director, Matthew Vaughn, (“Stardust”, 2007, sin pena, ni gloria...), aporta acidez, violencia, sangre y una dosis de adrenalina, con un sutil toque de cinefilia.
En su día, "Starship Troopers", de Paul Verhoeven, supuso un ataque al género de ciencia ficción, siendo hoy una película de culto, para muchos. “Kick-Ass”, es eso y mucho más, para el género de héroes y villanos.
El director homenajea el mundo de los cómics, y toda la parafernalia “freak”, (término empleado desde que en 1931, Tod Browning, mostrara lo anómalo, como normalidad).
El reparto, sin palabras. Un Nicolas Cage que vuelve a estar en su sitio, recuperando peldaños, oficio y credibilidad, sin la habitual cara de “empanado” y bobalicón, que tanto gustaba a algunos directores. 
 Otro gran papel pertenece a Chloë Moretz, por no decir que es la dueña de la película. Un heroína no convencional, pero que nos atrapa con su vocabulario al estilo de “Harry el sucio”, y una violencia entre Charles Bronson, y Chuck Norris.
Aaron Johnson, el protagonista, quizá un poco desapercibido ante sus compañeros de reparto, sabe salir airoso con sencillez y tablas.
Un secundario de lujo, Mark Strong, digno de mención, disfrutando de su papel. Se nota que se ha divertido interpretando al jefe de los villanos.
En definitiva, una película para ir a la sala del cine sin prejuicios, liberándonos de la carga que supone un gran catálogo fílmico de superhéroes: Batman, Spiderman, Ironman, etc…
Reírse de los tópicos, es lo más inteligente, a la par que arriesgado.
“Kick-Ass” pretende liberar el género de sus ataduras morales y visuales, y no perder entretenimiento.