Teniente corrupto (Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans), 2009.
Duración: 121 min. Director: Werner Herzog. Guión: William M. Finkelstein (Remake: Abel Ferrara, Zoë Lund, Victor Argo, Paul Calderon). Música: Mark Isham. Fotografía: Peter Zeitlinger. Reparto: Nicolas Cage, Eva Mendes, Val Kilmer, Xzibit, Shea Wigham, Fairuza Balk, Katie Chonacas, Brad Dourif, Jennifer Coolidge, Michael Shannon, Shawn Hatosy, Irma P. Hall, Vondie Curtis-Hall, Tom Bower.
Terence McDonagh, (Nicholas Cage) es un sargento de la policía, poco convencional, que ha ascendido a teniente, a la vez que le recibe una condecoración. Adicto al juego, y a las drogas, se encuentra investigando el asesinato de cinco inmigrantes senegaleses en la Nueva Orleans, posterior al Katrina. Drogas, extorsión, sobornos, proxenetas y ajustes de cuentas son los ingredientes de esta película. Y una relación que mantiene el protagonista con una complicada y guapa mujer (Eva Mendes).
“Teniente corrupto” es el remake de un film de 1992, dirigido por Abel Ferrara, y protagonizado por Harvey Keitel, en uno de sus grandes papeles. La versión de Ferrara, con mismo planteamiento inicial, pudiera parecer más cruda, con poca delicadeza, y no apta para todas las sensibilidades y públicos. El director Werner Herzog, (“Lecciones en la oscuridad”, 1992), apuesta en su película por dulcificar un poco la historia, pero con cierta medida. Herzog plantea la decadencia moral en la que una persona puede sucumbir, penetrar y degenerarse, con una ausencia total de ética. La carga moral que conlleva la película puede ser menos reprobable, que las escenas violentas, o con alto contenido sexual. Pero la falta de moral puede ser más dañina para todos los públicos, aunque no lo parezca. Werner Herzog dirige con rigurosidad, aguantando al teniente McDonagh, prácticamente en la totalidad del metraje, con un catálogo de planos y recursos muy numeroso.
Nicolas Cage, que parece encontrarse en racha, ha recuperado, como ya comentáramos en “Kick-Ass”, su línea correcta de trabajo. O pudiéramos pensar, que ha encontrado directores que quieran reciclarlo, y posicionarlo, otra vez como un gran actor. Después de contemplar a Cage, no podemos pensar en otro posible actor para este film, ha sido una verdadera maravilla su interpretación: Tics, gestos, comportamientos alocados, y casi, esquizoides, y con unas miradas que aguantan la cámara en todo momento. Un papel insólito para este actor. Encarna y representa todo lo que un policía no debe ser, un antihéroe, al que se le llega a tener cariño, y con el que podemos identificarnos, a pesar de su abandono físico y moral.
Eva Mendes, correcta, cumpliendo con el papel asignado. En algunos momentos, algo plana, pero la complejidad del personaje, y con la presencia de Cage, es difícil brillar.
Una gran película, que a pesar de su similitud con la de Ferrara, no desmerece lo más mínimo. Un alarde de bajos fondos, decadencia y pesimismo, con un trasfondo policial que une perfectamente la trama. Sin olvidar los “toques” surrealistas del director, en los que hace dudar, si verdaderamente está ocurriendo, o es producto de la mente del protagonista. Bajada a los infernos y espíritu de supervivencia autodestructiva. Imprescindible, una gran película, que bien pudiera demostrar que se pueden hacer versiones de películas, y añadir matices insospechados.