jueves, 8 de marzo de 2012

Arrugas


Arrugas (2011)

Duración: 80 min. Director: Ignacio Ferreras. Guión: Ángel de la Cruz, Paco Roca, Ignacio Ferreras, Rosanna Cecchini (Cómic: Paco Roca). Música: Nani García. Fotografía: Animación. Reparto: Animación.
Premios Goya: Mejor película de animación, y mejor guión adaptado.

Emilio y Miguel, dos ancianos recluidos en un geriátrico, se hacen amigos. Emilio, que padece un principio de Alzheimer, cuenta inmediatamente con la ayuda de Miguel y otros compañeros, que tratarán de evitar que vaya a parar a la planta de los desahuciados. Su disparatado plan, tiñe de humor y ternura el tedioso día a día de la residencia, pues para ellos acaba de empezar una nueva vida.
Largometraje de animación 2D para adultos, basado en el cómic homónimo de Paco Roca, que fue Premio Nacional de Cómic en 2008. Que el cine español sea capaz de hacer cine de animación, con buenos resultados, y, además, utilice un buen guión de base, es algo para celebrar. Si bien, el cine español, ha sido siempre pionero en la animación cinematográfica. Segundo de Chomón, fue de los primeros en el mundo en utilizar técnicas de animación, buen ejemplo sería “El castillo encantado”, de 1908. En la última década, nuevas películas han aparecido… Ángel de la Cruz realizó “El bosque animado”, y Baltasar Pedrosa, “Gisaku”. Después llegó “Planet 51”, de Jorge Blanco, traspasando fronteras. Y sin olvidar la reciente “Chico y Rita”, (Trueba y Mariscal).
“Arrugas”, es una excepcional película, por el tratamiento humano, por sacar el humor de algo que no lo posee. Quizá, si nos remitimos al latín, y retomamos el origen de la palabra “animación”, sabremos que proviene de anima, “alma”. Por tanto, se refiere a dotar de alma, aquello que no lo tuviera. Y eso es lo que ha hecho Ignacio Ferreras con este film, dotar de alma y sensibilidad a los personajes. Además, evita lo dramático, lo sensiblero, lo que hubiera sido más fácil, no hay exaltación de la enfermedad.
Sólo vivir día a día, mientras los recuerdos se van diluyendo, y también el miedo a no retenerlos. Perder la identidad, perderse a uno mismo, convertirse en un objeto depositado en una planta de hospital, un cementerio viviente, una muerte en vida. Todo ello, se refleja con precisión en el film. Sin olvidar el papel que tienen los hijos, nietos, el resto de familia…, que se desentiende de sus mayores, en lugar de consagrarlos, como ocurre en otras culturas.
Quizá, lo menos rotundo del conjunto, es el epílogo, que parece restarle coherencia a la totalidad, dado que se pierde el tono, y el estado anímico. Lo más interesante y divertido, sin lugar a dudas, es la fuga de los personajes, con accidente de coche incluido.
Una buena película, sincera, y contada con el respeto que supone, de la que algún día, nosotros… podríamos ser los protagonistas.