El invitado (Safe House, 2012)
Duración: 115 min. Director: Daniel Espinosa. Guión: David Guggenheim. Música: Ramin Djawadi. Fotografía: Oliver Wood. Reparto: Denzel Washington, Ryan Reynolds, Vera Farmiga, Brendan Gleeson, Sam Shepard, Rubén Blades, Nora Arnezeder, Robert Patrick, Liam Cunningham, Joel Kinnaman, Fares Fares, Fana Mokoena.
Tobin Frost, (Denzel Washington), un ex-agente de la CIA, que se ha convertido en un mercader de información, entra en acción diez años después, consiguiendo un valioso secreto. Misteriosamente, se entrega en una embajada de los Estados Unidos, perseguido por aquellos que desean su muerte. La C.I.A., lo trasladará a un piso franco, un refugio seguro, para interrogarlo. En ese piso, se encuentra un aburrido agente, sediento de acción, Matt Weston, (Ryan Reynols). Pero, no deja de ser un agente novato, que alojará en el piso a su “invitado”. Cuando todo parece que va bien, y un equipo especial está interrogando a Frost, unos mercenarios, asaltan el piso. Ambos escaparán, y comenzará una frenética carrera por sobrevivir, encontrar a los traidores, y desenmascarar los secretos.
Daniel Espinosa, el director chileno-sueco, dirige este film, sin grandes pretensiones ni sorpresas. Es consciente, de que, ante todo, debe entretener. Más que nada, porque hemos visto muchas películas de este género, y salvo excepciones, el guión no va a ser diferente a otros, en sus planteamientos. Espías, tiros, acción, un traidor, un secreto, persecuciones…, unos tópicos, que los son, pero que funcionan cada vez que se apagan las luces de la sala, y comienza la proyección. Además, existe el dilema, entre cumplir las órdenes, o hacer lo que dicta la conciencia. Esa será la mayor disyuntiva del aprendiz de espía. Este film, no deja de ser predecible, percibimos cómo va a terminar… Pero, da lo mismo, seguimos inmersos en una acción trepidante, sin pausa, sin momentos de reflexión. Todo ello con sobrada elegancia.
Denzel Washington, es lo mejor de la película, desde luego. Una constante, en casi todo el cine actual, que sean las interpretaciones, y no el guión, quienes salven un producto. Da lo mismo. Washington, sobresale, por supuesto. No es algo difícil. Él, ya ha protagonizado este papel otras veces, y se nota: “American Gangster” (2007), “Training Day” (2001)…
Impresionante la frialdad que muestra cuando lo tiene todo perdido, cuando sufre las torturas que él mismo inventó. Así es cómo el duelo lo pierde Ryan Reynols, en quien el guionista ha depositado más peso, creemos que equivocadamente, cuando es Denzel Washington el que salva todo. En el reparto, un hecho inaudito: Robert Patrick, un muy buen actor, conocido por ser el cyborg, T-1000, en “Terminator 2”, hace un pequeño papel… ¡Desaprovechado talento!
La banda sonora de Ramin Djawadi, realmente buena. Demasiado buena para ser la música de una película de acción. Acompasa perfectamente a las secuencias, y ensalza correctamente a los personajes, intuyendo su posición, con sólo escuchar unos acordes.
En definitiva, una buena película de entretenimiento, en la que nos tenemos que dejar llevar por la acción, y no pensar en las reminiscencias de otras producciones del mismo género.
Guillermo Pérez Pérez y Enrique Pérez Tudela.