El atlas de las nubes (Cloud Atlas, 2012)
Duración: 172 min. Director: Tom Tykwer, Andy Wachowski, Lana Wachowski (AKA Larry Wachowski). Guión: Andy Wachowski, Lana Wachowski, Tom Tykwer (Novelas: David Mitchell). Música: Reinhold Heil, Johnny Klimek, Tom Tykwer. Fotografía: Frank Griebe, John Toll. Reparto:
Tom Hanks, Halle Berry, Jim Broadbent, Hugo Weaving, Jim Sturgess,
Du-na Bae, Ben Whishaw, James D'Arcy, Xun Zhou, Keith David, David
Gyasi, Susan Sarandon, Hugh Grant, Robert Fyfe, Martin Wuttke, Robin
Morrissey, Brody Lee, Amanda Walker, Ralph Riach, Andrew Havill.
La
película se compone de seis historias interrelacionadas y entrelazadas,
que nos llevan desde el Pacífico Sur, en el siglo XIX, pasando por el
presente, hasta un futuro post-apocalíptico. Un abogado en 1849, en
plena explotación de la esclavitud; en 1936, un joven músico inglés, que
encuentra trabajo como copista para el famoso compositor Vyvyan Ayrs;
en 1974, Luisa Rey una periodista; en 2012, Timothy Cavendish, un editor
literario; y, Zachry, quien vive en un poblado primitivo.
Este film
es una adaptación de la novela de David Mitchell, con un planteamiento,
según su autor, “...como un mosaico puntillista...”. Sólo pinceladas
sueltas, la información suficiente para atraparnos, sin adelantar
acontecimientos, para minutos después comenzar, otra vez, en otro
momento temporal. Cuando el espectador lleva varios saltos en el tiempo,
cree que no entiende nada. Pero, poco a poco, nuestra cabeza va
hilando, encajando las piezas del puzle.
Los hermanos Wachowski,
creadores del universo “Matrix”, película que supuso un antes y un
después en el cine contemporáneo, ha vuelto a intentar crear un mundo
complejo, en el que nada es lo que pueda parecer, y con claras
reminiscencias a Matrix, por lo menos, en lo referente al futuro que se
nos muestra. Después de superar el desconcierto, cuando hemos
contemplado casi tres horas de imágenes, y asimilamos más tarde tanta
información, es en ese momento, cuando se puede hacer una valoración del
film, y cuando el mensaje o la moraleja comienza a aflorar en nuestra
mente. Un mensaje, por cierto, cercano a nuestro gran refrán: “Quien
siembra, recoge”... O, quizá, nunca es tarde para cambiar, y siempre hay
una salida... Cada uno, terminará de ver la película, y no será capaz
durante horas de decir de qué va esta compleja historia. Realmente, es
un producto bien realizado, acaso con un leve toque pretencioso, tanto
en lo que destila de su contenido, como en la forma. Y en ésta, por la
utilización de un mismo actor para varios papeles. Tom Hanks, aparece en
las seis historias temporales, soportando el peso como protagonista, y
mostrando y desplegando la versatilidad que posee. Algunos actores, tan
magníficamente maquillados, con un excelente trabajo de
caracterización, están irreconocibles. ¡Cuesta saber quiénes son...!
Gran elenco de profesionales, y todos ellos cumpliendo a la perfección
con sus respectivos papeles. Una fotografía cuidada, delicada,
sugerente, con "marca de la casa".
Con este film, ocurrirá algo
parecido a lo que sucedió con “Matrix”, humillada por la crítica, y por
los gurús del cine, nacionales e internacionales. Y, sin embargo,
aclamada por el público, sediento de historias, de que los transporten a
otro mundo, sin más necesidad que el mero entretenimiento, que contenga
un tono casi épico, y un mensaje que cada cual puede interpretar
libremente. Y, así, nadie estará en plena posesión de la verdad.
sábado, 6 de abril de 2013
viernes, 22 de marzo de 2013
Las sandalias del pescador
Tu est Petrus
Las sandalias del pescador (The Shoes of the Fisherman, 1968)
Duración:
157 min. Director: Michael Anderson. Guión: John
Patrick & James Kennaway (Novela: Morris West). Música:
Alex North. Fotografía: Erwin Hillier. Reparto: Anthony
Quinn, Laurence Olivier, Oskar Werner, David Janssen, Barbara Jefford, Leo
McKern, Vittorio De Sica, John Gielgud, Paul Rogers, Clive Revill.
En la URSS, después de pasar veinte años en un
campo de trabajos forzados en Siberia, el arzobispo ucraniano Kiril Lakota,
(Anthony Quinn) , recibe la noticia de su liberación, por el presidente
ruso Kamenev. El presidente, había sido su carcelero 20 años atrás, en la
prisión de Liubianka, en Siberia. Liberado, lo envían directamente al Vaticano.
El Papa Pío XIII le restablece lo que debería pertenecerle, su dignidad,
nombrando a Kiril, Cardenal. El Papa, cae gravemente enfermo y el mundo vive en
un estado permanente de crisis.
Ante los nuevos acontecimientos, hemos
aprovechado para hablar de esta gran película. En la elección de un Papa,
ocurre algo que va más allá de una cuestión de creencias, o de religión. Enlaza
con aspectos tradicionales, ritos que nos fascinan, y que se han perpetuado a
lo largo de los siglos con pocas o ninguna modificación. Eso fascina al hombre
moderno, dando un toque de continuidad, en su turbulento universo. Todo lo
ritual, bodas reales, funerales de mandatarios, o la elección de un Papa, es
una cuestión mediática.
Esta película, basada en el maravilloso libro,
(premonitorio), de Morris West, muestra todos los ritos, aquello que no vemos
cuando el camarlengo cierra las puertas, (no en vano, cónclave deriva de “cum
clavis” bajo llave). La curia romana, se reúne para elegir quién portará las
sandalias del pescador, el sucesor de Pedro. Pero, esta película, va más allá
de la necesidad de un líder espiritual, el mundo quiere un mediador para la
posible e inminente guerra mundial, que pronto podría producirse. Rusos, chinos
y occidente, generarían una contienda inimaginable con misiles nucleares.
Todo ello, ocasionado por el hambre y la política. El nuevo Papa, Kiril,
podría hacer temblar las bases de la Iglesia católica, empeñando hasta el
último objeto valioso, para paliar el hambre. Este film es complejo, por la
cantidad de tramas paralelas que conlleva: Un matrimonio a punto de
divorciarse, un cura científico cuestionado por su poca fe, la soledad de quien
es la autoridad de Roma, y no poder callejear… Esta gran película, planteó
la necesidad de un pontífice moderno y dialogante, incluso con otras religiones.
Sin olvidar cuestiones morales, o esa diatriba entre ciencia y religión.
Gran producción, con vestuarios, recreaciones de
los lugares, rigor, una buena adaptación de la novela, y un estilo casi
documental, con grandes secuencias del interior del Vaticano, y las calles de
Roma. No hay que olvidar a sus impresionantes actores: Un extraordinario y
entrañable Anthony Quinn, en el papel de su carrera. Laurence Olivier con
sentimientos retorcidos, aunque enfrentado a sí mismo. Oskar Werner, mostrando
el tormento de ver pasar la tiara, y no ser él uno de los elegidos. Y Vittorio
De Sica irreconocible, formidable, forman un reparto de lujo, en el que todos
despliegan lo mejor de su experiencia como actores. Impresionante film que
salvo por algunas cuestiones ya superadas, referidas a las sub-tramas, no
pasará de moda, y permanecerá siempre vigente, cuando el mundo permanezca
expectante, esperando la aparición de la fumata bianca.
La noche más oscura
La noche más oscura (Zero Dark
Thirty, 2012)
Duración: 157 min. Director:
Kathryn Bigelow. Guión: Mark Boal. Música: Alexandre
Desplat. Fotografía:
Greig Fraser. Reparto: Jessica Chastain, Joel Edgerton, Taylor
Kinney, Kyle Chandler, Jennifer Ehle, Mark Strong, Chris Pratt, Mark Duplass,
Harold Perrineau, Jason Clarke, Édgar Ramírez, Scott Adkins, Frank Grillo, Lee
Asquith-Coe, Fredric Lehne, James Gandolfini, Reda Kateb, Fares Fares, Stephen
Dillane.
Los hechos de la película parten del atentado del
11-S, (en los títulos iniciales). Arranca la trama dos años después, con la
incorporación a la delegación de la CIA en Pakistán, de Maya, una joven agente
de la CIA. Thriller sobre la operación militar que acabó con la vida de Osama
Bin Laden, líder de Al Quaeda. El título original, Zero Dark Thirty, hace
referencia a la hora: las 00:30 de la madrugada del 1 de mayo de 2011, momento
en que el comando SEAL de los marines, penetró en la residencia de Bin Laden en
Pakistán, para eliminar al hombre más buscado de la historia.
Potente film que mezcla una dirección con estilo
periodístico, deslumbrando al espectador, si desatender un cierto intimismo.
Una combinación, casi imposible, que esta directora ha sabido conjugar con
verdadera maestría. Ni manipulación, ni maniqueísmo..., la directora se
contiene, a pesar de lo fácil que podría resultar posicionarse, realizar un
alegato de justificación de la muerte de un ser humano, con premeditación y
alevosía, con la más absoluta sangre fría. Sin embargo, Bigelow derrama
inteligencia mostrando la ira, la furia de un pueblo que tiene un único
objetivo en su mente, matar a Bin Laden. Aunque asume ciertos clichés sobre el
mundo musulmán, que extrañan en esta directora. Kathryn Bigelow posee una
extensa carrera, con títulos que en su momento pasaron sin mucho éxito, pero
que han ganado con los años, como “Le llaman Bodhi”, (1991), o “Días extraños”,
(1995), sin olvidar su más reciente produccioón, y, a la vez, gran éxito, “En
tierra hostil”. En todas ellas, un componente bélico, la ambigüedad del espía y
el espiado, la guerra como forma de vida, la vida privada de un soldado o
policía, que puede disponer de una doble moral: La del trabajo, y la suya
personal.
En esta ocasión, la directora retuerce sus
obsesiones, despliega varios elementos que se encontraban en su filmografía,
reunidos en una fantástica película, con carga visual propia de la casa.
Jessica Chastain, es una actriz sólida y
afianzada, que en este film ha encontrado ese toque de gracia, que todo actor
quiere experimentar. El resto del reparto, muy correcto.
Sorprende que esta temporada sean dos películas
sobre el papel de la CIA en el mundo, como si se tratara de un lavado de
imagen planeado, meditado, como si fuera una campaña de publicidad.
Cada cual que saque sus propias conclusiones.
Una buena muestra de la búsqueda constante de
venganza, disfrazada de redención por la población estadounidense. La
transformación de un pueblo en su búsqueda, y la catarsis por el daño sufrido.
Excelente película.
jueves, 7 de marzo de 2013
Siete psicópatas
Siete psicópatas (Seven Psychopaths, 2012)
Duración: 109 min. Director y guión: Martin McDonagh. Música: Carter Burwell. Fotografía: Ben Davis. Reparto: Colin Farrell, Sam Rockwell, Christopher Walken, Woody Harrelson, Tom Waits, Abbie Cornish, Olga Kurylenko, Gabourey Sidibe, Harry Dean Stanton, Kevin Corrigan, Zeljko Ivanek, Michael Stuhlbarg, Michael Pitt.
Marty (Colin Farrell), es
un escritor que no llega a fin de mes, sueña con terminar un guión
titulado Siete Psicópatas. Billy (Sam Rockwell) es su mejor amigo, un
actor sin empleo que quiere ayudar a Marty en el guió, y que además, en
sus tiempos libres, se dedica a robar perros a cambio de recompensa,
junto a otro personajes peculiar, Hans (Christopher Walken), un hombre
religioso de pasado violento... Un mal día le roban un Shin Tzu al
hombre equivocado: Charlie (Woody Harrelson), un gangster imprevisible y
extremadamente violento. Marty va a conseguir toda la inspiración que
necesita conviviendo con personajes fuera de control, psicópatas reales,
intentando sobrevivir a los acontecimientos.
Martin
McDonagh vuelve a sorprender, después de una primera película peculiar y
que pasó desapercibida, “Escondidos en Brujas”. En esta ocasión, algo
más alocada, con las lecciones de los maestros del género. Por una
parte, el director, ha bebido de Oliver Stone, “Asesinos natos”, (cuando
no se ajusta a los cánones). Por otra parte, evidente, no descubrimos
nada, se aproxima a Tarantino, tanto por la violencia extrema, como por
el cinismo que destila. Esas son las credenciales de la película que
despliega más ingenio que contenido. Ingenio por todas las acrobacias
del guión, la poco convencional forma de narrar, las piruetas escénicas,
giros del destino, y truculentos cruces de los personajes en el tiempo.
Sin embargo, ese ingenio, es el que aparca los inconvenientes del
contenido, que a veces el director no controla, se le escapa, y podría
haber sido un desastre. Pero, la audacia del director y una cuidada
dirección de los actores, hace que remonte la película y queden más
aspectos positivos en su conjunto.
En
el reparto, coral, y sin necesidad de que haya un protagonista claro,
(todos gozan de su metraje en solitario, con la misma intensidad),
encontramos a un dudoso Colin Farrell, que no termina de funcionar, con
una pose de “pasar de todo”, que no hace gracia. Sin embargo, Sam
Rockwell es el actor que está en su sitio, y compensa bastante a su
compañero Farell. Christopher Walken con la talla de un gran actor, muy
bien perfilado, y correcto. Woody Harrelson, quien no encuentra en
Hollywood su camino, ni su gurú, en “7 psicópatas” llega a recordarnos
al pesonajes de la película de Oliver Stone, antes mencionada, con
profesionalidad. Por supuesto, el placer de ver en pantalla a Tom Waits,
quien ejerce de "verdadero" psicópata.
Un
film para aquellos que no tengan prejuicios, aguanten minutos cercanos
al gore, con toques de violencia gratuita, y que la sangre parezca que
salpica a la cámara. Una película que se escapa de los convencionalismos
del cine comercial. Entretenida, ingeniosa y ácida.
jueves, 28 de febrero de 2013
Reparto de premios: Oscar 2013
Reparto de premios:
Oscar 2013
Tras la resaca correspondiente a
la entrega de los premios Goya, y sin habernos repuesto de algunos premios
dudosos, llega la entrega de los premios de la academia de Hollywood.
¡Sorpresa! Reparto de premios, y... todos contentos. A veces, creemos que ya
estamos curados de espanto, o que nada nos puede sorprender... nada más lejos
de la realidad. Todo lo contrario. Cuando "Argo" se alzó con el
premio a mejor película, pasó por nuestra pensamiento, la idea de que los académicos,
en esta ocasión, y sin crear precedentes peligrosos, habían votado con la cabeza,
meditando, y discerniendo. Sin dejarse llevar por los aspectos mediáticos, las
recaudaciones, ni la opulencia desplegada en la realización de la película.
"Argo", contra todo pronóstico, pero a sabiendas de que la crítica ha
admirado la película, es justa vencedora. "La vida de Pi", consiguió
que el director Ang Lee, triunfara personalmente, con su reconocimiento como
director. Además, se llevó también la fotografía, banda sonora y efectos especiales. "Los
miserables", no llegó a cuajar, y sólo alcanzó algunos premios menores:
Mejor actriz secundaria para Anne Hathaway, con nuestras reticencias, y las de
muchos más. Lástima para el español Paco Delgado, que se quedó sin su Oscar, por el vestuario
de “Los Miserables”, que se lo llevó Jacqueline Durran por su trabajo
en “Anna Karenina”. Si bien, reconocieron la labor de maquillaje, y mejor sonido,
dado que el musical grabó en directo muchas de las canciones. En los dos
apartados de guión, mejor guión adaptado fue para “Argo”, y mejor guión
original para Quentin Tarantino, con su “Django desencadenado”, que también obtuvo un
gran premio, muy acertado, al mejor actor secundario, Cristoph Waltz.
Mejor actor para Daniel
Day-Lewis, en su prodigiosa recreación del personaje de “Lincoln”, la Academia barriendo para casa como siempre, por la temática. Algo menos acertado, a nuestro parecer, el premio a
Jennifer Lawrence, por el “El lado bueno de las cosas”.
Hollywod, confirmó,
en película de
habla no inglesa, su predilección por el director Michael Haneke, con su
película “Amor”, un trabajo interesante del director austriaco que
concentra
personajes, como eshabitual en él, delicados, frágiles, en un análisis
del ser humano, afrontando una enfermedad. En el apartado de animación,
“Brave”, dirigida por
Mark Andrews y Brenda Chapman, una entrañable película sobre el destino
de las
personas, en “modo” infantil. En lo relativo a documentales, sección que
siempre entraña las peores posibildades de determianar un ganador claro,
o
favorito, hubo que esperar a que se abriera el sobre y leyeran el
título. En esta
ocasión, “Inocente”, fue la ganadora, cuando “Open Heart” o “Mondays At
Racine”
partían con más posibilidades. “Inocente”, es un documental de Sean Fine
y
Andrea Nix, sobre la superación personal de un adolescente.
Hablando propiamente de la gala
de entrega de premios, la 85ª edición en el antiguo teatro Kodak, contó con cuatro horas
de “autobombo”, con bastanres toques de humor, aprovechando al creador de la serie de
televisión, “Padre de familia”, Seth MacFarlane, como presentador, en un
intento de que la ceremonia volviera a tener popularidad e índices de
audiencia deseados, aunque no lo consiguió.
jueves, 21 de febrero de 2013
Goya 2013
“Sobre” los Goya (2013)
Los premios Goya, han logrado un enfoque mediático, como jamás se había obtenido: 3.917.000 teleespectadores y un 22,2% de cuota de pantalla. Al día siguiente, en los corrillos del trabajo, muchos comentaban que habían cambiado de canal en la televisión, al recibir un mensaje, avisando de las críticas al gobierno. Todo el mundo estaba esperando que el gremio de actores, tuviera el valor, ante las cámaras, ante el ministro Wert, ante los telespectadores, de expresar muchas de las cosas que todo pensamos. Si bien, con cierto humor, con respeto e inteligencia...
Impresionante Eva Hache, aunque en alguna ocasión debería haberse controlado. Sin embargo, la crispación general, lo requería. Quizá esta será una gala que pasará a ser recordada por lo amena que fue... No por su contenido, sino por las continuas críticas de los premiados, esperarando a ver quién iba a “soltarla” más gorda. Siempre hemos mantenido el convencimiento de que el cine es cultura, pero no olvidemos que, ante todo, es una industria, y como tal, pretende un lógico beneficio. La pérdida de subvenciones no debería ser óbice para que nuestro cine se regenere. Los recortes de la ayuda pública, ese bastón, lazarillo, o papá, no justifican que no se pueda hacer un cine de calidad. Si es una industria, debe serlo con todas sus consecuencias. Y, los premios de este año nos dan la razón, se pueden hacer buenas películas, sin ayudas, y, además, rentables. Sólo faltan buenos guiones, y no mirarnos el ombligo, no hacer burdas parodias, y no termina en la trasnochada solución de la España cañí. “Lo imposible”, “Tadeo Jones” y “Blancanieves”, son un buen ejemplo. Cine superando los complejos, llegando muy lejos y sin límites. La gala establece a Juan Antonio Bayona, como mejor director por “Lo imposible”, merecidísimo, y, a mucha distancia de sus competidores, acercándose a las producciones americanas, mirando de tú a tú a otros directores internacionales. Por otra parte, “Blancanieves” se convierte en la triunfadora de la noche, con 10 galardones, aunque con reticencias por nuestra parte. No es “The artist”, ni mucho menos, ni su director es Hazanavicius, aunque haya mimado la película, rindiendo homenaje al cine mudo, o a la estética del expresionismo alemán. “Tadeo Jones”, recogiendo sus premios es el mayor acto de justicia de nuestra cinematografía.
Este año, los Goya, nos aportan equivocaciones de “sobres”, (muy propio de estos tiempos), críticas al ministro, a los recortes sociales, y, la paradoja de que algunos actores viven en su mansión de Hollywood, pero, aparecen en los Goya, a reclamar justicia social, y... subvenciones.
La semana que viene, intentaremos retomar “Blancanieves” para saber si los académicos poseen la razón que ostentan tener... Porque no son infalibles ni indiscutibles... Aunque eso quisieran...
viernes, 15 de febrero de 2013
Las ventajas de ser un marginado
Las ventajas de ser un marginado (The Perks of Being a Wallflower, 2012)
Duración: 103 min. Director: Stephen Chbosky. Guión: Stephen Chbosky (Libro: Stephen Chbosky). Música: Michael Brook. Fotografía: Andrew Dunn. Reparto:
Logan Lerman, Emma Watson, Ezra Miller, Mae Whitman, Kate Walsh, Dylan
McDermott, Melanie Lynskey, Nina Dobrev, Johnny Simmons, Joan Cusack,
Paul Rudd, Nicholas Braun, Reece Thompson, Julia Garner, Tom Savini,
Adam Hagenbuch, Zane Holtz.
Charlie,
(Logan Lerman), un joven tímido y marginado, escribe una serie de
cartas a una persona sin identificar, en las que aborda asuntos como la
amistad, los conflictos familiares, las primeras citas, el sexo o las
drogas. El protagonista, tendrá que afrontar el primer amor, (Emma
Watson), el suicidio de su primer amigo y su propia enfermedad mental.
Al mismo tiempo, lucha por encontrar un grupo de personas con las que
pueda encajar y sentirse a gusto.
Nos
encontramos ante un caso raro, un escritor, que realiza el guión, y
además dirige la película. Quizá por ello, el conjunto es más que digno,
fiel a sus principios, con una cariñosa visión de los personajes,
tratados con mimo, con especial cuidado, perfilando al marginado que
encuentra su lugar, al lado de otros marginados. Nueva vuelta de tuerca a
los conflictos de la adolescencia, sumado a esa obsesión enfermiza de
los norteamericanos por la popularidad, por cumplir con los prototipos
sociales establecidos, dar los pasos adecuados, y no salirse del rol que
se espera de cada uno. Es una película, que enlaza con facilidad con
las personas que han dejado la adolescencia hace un par de décadas, dado
que los adolescentes actuales no creemos que puedan conectar con estos
personajes. Por otra parte, al aparecer los títulos de crédito,
hubiéramos deseado ver, cómo será su segunda parte natural, “Reality
Bites” de Ben Stiller. En “Las ventajas de ser un marginado”, nos
adentramos en la vida de aquellos que se encuentran perdidos antes de
llegar a la universidad, y se quieren enfrentar a una nueva vida, con
una oda a la amistad... Deseando hacerse mayores. “Reality Bites”,
remata con la vida después de la universidad, la incertidumbre de
hacerse mayor, con la amistad madurada. La soledad en ambas películas,
la necesidad de encontrar amigos, o sentirse un bicho raro compartiendo
esa implacable soledad. Film que mezcla oscuridad y brillos, tristeza y
alegría, con un poso más sobrio que el esperado, al enfrentarse a una
película sobre adolescentes.
Un
reparto sorprendente. Logan Lerman, desconocido, interpretando a
Charlie, en un papel de tímido, y, sin embargo, cargado de fuerza. Emma
Watson, se desprende de su alter ego, Hermione
Granger, de Harry Potter. Nos han fascinado, tanto su interpretación
como su belleza. Ezra Miller, un descubrimiento, un actor con
mayúsculas, en un papel difícil, secundario, pero que se alza en algunos
momentos del film, con mayor potencia que su protagonista.
Para
culminar, una banda sonora aplastante, con temas de Cocteau Twins,
David Bowie, XTC, The Smiths…, además de los temas propios de Michael
Brook. Una fotografía acertada, con una dirección novel que ha dejado
buenas sensaciones.
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